Recientes informes tanto del Banco Mundial, como de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), muestran cifras alarmantes sobre el progresivo crecimiento de la desigualdad en América Latina y el caribe.
Las brechas entre un reducido grupo de personas con alta concentración de ingresos y un grueso de la población con carencias y dificultades caracterizadas por pobreza, mala nutrición, deserción escolar, y enfermedades.
El informe de la CEPAL menciona, por ejemplo ingresos mayores de veintiun veces mayor de pequeños números de ricos sobre una alta cantidad de pobres.
Se señala como algunas de sus causas a la calidad del gasto público, donde se malgasta aproximadamente un 20%, mientras que en Europa llega a un 10%.
Igualmente las grandes barreras para una distribución más justa, que alejan a esta parte del mundo alejado de los avances tecnológicos.
Es una realidad que las tecnologías de información, innovación y conocimiento están transformando la vida de la población, lo que requiere de manera urgente de una visión más compleja por parte de los Liderazgos políticos y económicos.
Esto implica mejorar la inversión en la gente, ofreciendo oportunidades de estudios, de mejor Alimentación, mejor salud, a modo de ir formando a los niños y jóvenes, para estar aptos a los desafíos del mundo moderno.
Es de señalar lo afirmado por la filosofa María Novo, en su más reciente obra, titulada: «La sociedad de las prisas» En este trabajo, argumenta la autora ,la velocidad con que va el mundo, que prácticamente arropa a la población, para someterse a los requerimientos de un Mercado, dónde lo humano se olvida, se pierde, señala la obligación natural de recuperar la reconexión con la lentitud, el silencio, la ternura, la pasión y amor por vivir.
Este crecimiento de la velocidad de vida actual, golpea a quienes no están aptos para comprender, adaptarse y prepararse a un mundo que genera mucha exclusión.
La forma de poder enfrentar está devastadora realidad es la inversión en la gente, en la educación, salud y alimentación, como herramientas principales.
El banco mundial presenta en sus informes, la obligación de medir el talento de la gente, siempre y cuando la inversión tenga menos desgaste, sea de mayor calidad y orientado a disminuir las brechas socio-economicas.
Esto no es situación de corto plazo, las medidas son urgentes, necesarias y obligatorias para poder pensar en construir generaciones de gente con habilidades, destrezas y talento para poder insertarse en las exigencias del requerimiento laboral de estos tiempos.
Más allá de todo lo planteado, queda también pensar más en lo humano, en la naturaleza, en nuestras pasiones y amor por recuperar la lectura como un medio no de entretenimiento sino de inserción en la profunda obligación que tenemos todos, de ser más humanos.
José Gregorio Figueroa
@figueroazabala.