Después de varios años de haber traspasado la mayor parte de sus activos a Estados Unidos, una nueva generación de la familia Cisneros recorre Venezuela buscando nuevos activos en venta a bajos costos.
La relevación la hizo este lunes la agencia estadounidense Bloomberg, que recordó que ese apellido está vinculado a perspicacia comercial y opulencia en la mente de los venezolanos que recuerdan los años anteriores al gobierno de Hugo Chávez.
“Durante generaciones, la familia multimillonaria trajo Studebaker, Pepsi-Cola y los grandes almacenes al país rico en petróleo. Lanzó DirecTV en América Latina. También realizó concursos de belleza, produjo telenovelas y fue propietario de bancos, estaciones de televisión, heladerías y cervecerías”, señaló.
Eduardo Cisneros al frente
Ahora, una nueva generación de Cisneros recorre la devastada economía del país en busca de activos para comprar a bajo precio, aseguró la publicación.
Hace referencia a Eduardo Cisneros, nieto de Diego Cisneros, quien cofundó un fondo de capital privado en Florida, Estados Unidos.
El fondo, denominado 3B1 Guacamaya Fund LP, ha recaudado 200 millones de dólares de inversores. De estos, al menos 60 millones de dólares se han destinado para comprar negocios venezolanos.
Esto incluye un fabricante de pintura, según revelaron varias personas con conocimiento de los acuerdos a Bloomberg.
“Al dar el paso, Eduardo y su socio, Rodrigo Bitar, director de una tienda boutique de fusiones y adquisiciones con sede en Nueva York, se están posicionando como los primeros en llegar en lo que podría resultar una lucha para adquirir activos de elección en los que alguna vez fueron ricos a precios con grandes descuentos”, precisa el reportaje.
Recuerda que Nicolás Maduro está adoptando lentamente reformas de libre mercado para aliviar la crisis con la llamada Ley Antibloqueo.
También Corimon
De acuerdo con la información, el fondo adquirió una participación mayoritaria en el fabricante de pinturas que cotiza en bolsa Corimon CA.
Esta compañía no ha reportado resultados desde 2015. Para esa fecha tenía 1.300 empleados en 190 tiendas en Venezuela y otros países de América Latina.
“A pesar de lo limitados que han sido los acuerdos hasta ahora (no se podían determinar los nombres de las otras empresas adquiridas además de Corimon), Cisneros y Bitar se han convertido rápidamente en la comidilla de la pequeña y unida comunidad de negociadores y financieros en el frondoso este de Caracas. Puede que doscientos millones de dólares no vayan muy lejos en la mayoría de las capitales financieras del mundo, pero en el atrofiado mercado de fusiones y adquisiciones de Venezuela, el dúo se convierte en una fuerza inmediata”, señala Bloomberg.
Fuente: El Nacional.