Los profesores universitarios se convirtieron en una población vulnerable, devengan salarios que no cubren la canasta alimentaria, nos cuentan con servicios médicos y mucho menos con funerarios, enumeró la rectora de la Universidad, Judith Aular, al referirse al estado de precariedad en el que se encuentran los docente de las institución.
«Nuestros profesores están pasando muchas necesidades, no pueden ser atendidos en clínicas, no tienen cómo comprar los medicamentos, están pasando hambre, los salarios no les alcanza ni siquiera para cubrir la cesta básica para alimentarse», aseguró la académica, a quien se le quebró la voz mientras comentaba la situación de sus colegas.
«Nuestro sueldo y salarios son miserables. Tengo 46 años trabajando en la Universidad y en los años 90, yo ganaba entre 3.500 y 4.000 dólares mensuales, y ahora lo que gano no llega ni a 50 dólares y vivimos en un país dolarizado«, agregó en la entrevista telefónica.
Aular insistió en que es imposible que un profesor universitario, casado y con hijos, pueda vivir con sus salarios. «Hay profesores que sus familiares y sus hijos se fueron del país, están aquí solos y no pueden sobrevivir con sus sueldos».
La Asociación de Profesor de la Universidad del Zulia reportó, el viernes 14 de agosto, que al menos 25 profesor de LUZ han muerto en los cinco meses que van de cuarentena por la carencia de asistencia médica. De la cifra, sólo cuatro fallecieron por COVID-19, el resto fue por otras patologías que no pudieron costearse por no tener los recursos económicos necesarios.
Vandalismo
La rectora Aular denunció que desde el inicio de la cuarentena, el pasado 16 de marzo, los robos en las instalaciones de la casa de estudio son casi a diario.
Dijo que las facultades más afectadas son Ciencias y Ciencias veterinarias. Indicó que los daños son cuantiosos, sobre todo por los robos del cableado eléctrico. Precisó que la Facultad de Ciencias, la Escuela de Ingeniería en Petróleo, la Dirección de Cultura y el comedor central de la universidad están sin electricidad.
«Hace meses yo reporté que con dos millones de dólares podríamos recuperar ciertas areas de la institución, como los laboratorios que fueron vandalizados por completo, pero con la inflación creo que vamos a necesitar más de cuatro millones de dólares. Es que en cada robo hacen desastre».
Aular explicó que desde agosto de 2019 la Universidad no cuenta con el servicio de vigilancia privada porque no habían recursos para pagar a las empresas, y que al menos 60 por ciento del personal de la Dirección de Seguridad Interna renunció por los bajos salarios. «Los pocos que quedan no tienen efectivo, gasolina para ir».
Dijo que la primera semana de agosto establecieron una mesa de diálogo con las autoridades de los cuerpos de seguridad del Estado para que resguarden algunas áreas universitarias. Aún esperan por la respuesta de un plan de seguridad.
El Pitazo