Los guías del espacio natural detallaron que este jueves es el segundo día de floración y que prevé la caída de las flores para el sábado, donde los asistentes podrán ver los llamados “caminos dorados”. El jardín estará abierto de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. de 8:00 p.m. La entrada general cuesta dos dólares y $1 para menores de 12 años. Los mayores de 65 años son exonerados
El amarillo engalana una vez más parte de las 108 hectáreas del Jardín Botánico de Maracaibo, el espectáculo natural más esperado por zulianos y que en esta oportunidad se dio desde ayer con la floración de los curarires.
Hoy, en una mañana soleada, acompañada del canto de las aves y el sonido de las ramas que chocan entre sí, el espacio natural le dio la bienvenida a propios y lejanos, quienes se acercan a contemplar el imponente paisaje que dejan las recientes lluvias.
Y es que el curarire es una especie que se adapta bien a la sequía y agradece con esplendor cuando las lluvias bañan los campos: Una leve llovizna es suficiente para que brote la flor. Además, se caracteriza por ser de tronco muy fuerte y de excelente madera, además de tener propiedades medicinales por sus hermosas flores de amarillo radiante, que una vez al año engalanan el paisaje.
Durante una visita realizada por el equipo reporteril de Versión Final al gigante botánico de la capital zuliana, los guías del lugar detallaron que este jueves es el segundo día de floración y que prevé la caída de las flores para el sábado, donde los asistentes podrán ver los llamados “caminos dorados”.
Este remanso de paz, engalanado de amarillo, estará abierto de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. de 8:00 p.m. La entrada general cuesta dos dólares y $1 para menores de 12 años. Los mayores de 65 años son exonerados.
Además, los guías precisaron que para la fecha ya cuentan con un elevado número de visitantes. Las promociones de bachillerato y visitas de colegios encabezan las expediciones.
A los visitantes se les suman las familias que aprovechan su estadía para hacer pícnic, jugar con balones, pasear a sus mascotas o pintar. También están quienes aprovechan el impresionante paisajismo para realizar sesiones fotografiadas. Embarazadas, quinceañeras o bebes son principales protagonistas de la captura de instantáneas.
En este caso, los fotógrafos deberán pagar 20 dólares para la realización de las sesiones, que incluyen el acceso a cinco personas y el alquiler de un espacio.
Todos estos usuarios, niños, jóvenes y adultos, se mostraron agradados por la puesta en escena de los árboles. Tal fue el caso de Carolina Espinoza, quien aseguró a versión final que la floración es “súper bonita”.
“De verdad vale la pena venir y disfrutar los árboles, es algo muy especial que podemos vivirlo una vez al año para pasear en familia, amigos y cercanos”; refirió la joven.
Por su parte, María Bolívar manifestó que estuvo desde el 2023 esperando la floración y que está encantada con la experiencia. “Todos los que puedan venir deberían hacerlo en cuanto tengan la oportunidad porque es hermoso y único”, agregó.
Al igual que Carolina y María, Mireya de Tuviñez se sintió maravillada con las platas y emocionada de compartir con su hijo y nieto, quien por primera vez visitaba el jardín y veía un curarire.
“Esto es espectacular y merece seguir adelante. Es algo que le falta al pueblo porque no todos tenemos para ir a restaurantes o algo así y contemplar la naturaleza es muy bueno”, enfatizó la zuliana.
El florecimiento amarillo también se puede apreciar en las adyacencias del Jardín Botánico, especialmente la zona en la vía al aeropuerto. En estas áreas es común ver como las casas se decoran con el brote de la planta. Como una casa que queda justo frente al Botánico. Tres grandes y longevos curarires adornan el paisaje de una pequeña vivienda de bloques rojos y zinc.
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