Con cuatro Eucaristías preparadas, los devotos se reunirán en La Casa de todos. La bendición y procesión con las palmas es una de las primeras actividades de este domingo previo a Semana Santa
Arraigados a su fe cristiana y en remembranza de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén días antes de ser crucificado, los marabinos salieron este 24 de marzo desde tempranas horas para participar en la procesión del Domingo de Ramos en la Basílica Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y San Juan de Dios.
A las 7:00 a.m. los devotos se acercaron al monumento de la Virgen, en el casco central para la entrega y bendición de las palmas. Luego, la acostumbrada caminata hasta La Casa de Todos.
El presbítero Nedward Andrade fue el encargado de recibir a los creyentes a las 8:00 en la iglesia, donde inició la Eucaristía del Domingo de Ramos.
De acuerdo con la planificación del santuario mariano, a las 9:30 a.m. habrá una segunda misa de la mano del presbítero José Miguel Hernández. Más tarde, a las 11:00 a.m. y a las 5:00 p.m. serán los últimos dos encuentros que recibirán a decenas de marabinos en esta fecha icónica de la fe católica.
Al igual que la Basílica, las iglesias de todo el mundo hoy se preparan para conmemorar el inicio de la Semana Santa, así como recordar la muerte y resurrección del Hijo de Dios. En comparación con otras festividades, el Domingo de Ramos no se celebra en una fecha en particular, sino que está marcada como el primer domingo tras la primera Luna de primavera.
Uno de los momentos clave es cuando los fieles participan en la procesión portando en sus manos ramos de palma, olivos u otros árboles mientras entonan cánticos. Durante la procesión, el clero bendice las ramas y los cristianos se las pueden llevar a casa, donde las colocan junto a cruces, crucifijos, Biblias o alguna representación de arte religioso.
El Papa Francisco, como máximo representante del Vaticano, asistió este 24 de marzo al Ángelus, donde su oración fue dirigida a las víctimas de Moscú, Ucrania y Gaza. También pidió por las víctimas del atentado terrorista en Moscú e imploró la conversión de aquellos que organizan acciones inhumanas que violan el mandato divino de «no matar».
Al estar comprometido de salud, no leyó la homilía que había preparado para la misa de hoy, y al final de la lectura del Evangelio, cuando se esperaba la homilía, siguió un prolongado silencio tras el cual se pasó directamente al Credo. Sin embargo, exhortó a los feligreses de todo el mundo a hacer un reencuentro con su espiritualidad en este tiempo de conmemoración del evento que marcó la historia de la humanidad en Antes y Después de Cristo.
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