Desde que llegaron los agustinos a esta ciudad a mediados del siglo XX comprendieron de inmediato la necesidad de atender espiritualmente a la población.
Aunque a partir de 1956 muchos domingos se celebraba misa en alguna de las aulas del colegio San Agustín, con asistencia de numerosos fieles, eso no resolvía la carencia de un lugar más amplio y más digno para la atención espiritual que necesitaba la comunidad cristiana de la zona. Después de repetidos coloquios, los sacerdotes que integraban la comunidad Agustiniana decidieron hacer todo lo posible para lograr construir la primera iglesia en la ciudad, obra que para todos los católicos era sumamente necesaria. Fue el presbítero Ceferino Solís Fernández quien se encargó de lanzar la campaña con el siguiente slogan «La primera iglesia para la Ciudad».
El 3 de septiembre de 1959 el Concejo Vicarial concedió permiso para proceder a la construcción de la iglesia. El costo de la construcción debería ser solventado única y exclusivamente con limosnas de los fieles. La obra dio comienzo el 1 de octubre de 1959, prosiguiendo a un ritmo normal durante varios meses, pero en los primeros días del mes de julio de 1960 quedaron interrumpidas. La paralización se debió al incumplimiento de quienes realizaban la construcción.
Iba ya avanzado el año 1961 y la construcción de la iglesia Santa Mónica seguía aún paralizada, lo cual creaba una situación de cierto nerviosismo tanto en los Sacerdotes que integraban la comunidad agustiniana como en los fieles que ansiaban ver concluida la obra, para poder disfrutar de un lugar digno para la celebración comunitaria de la fe en los actos litúrgicos.
Para 1962 se retoman los trabajos de construcción de la iglesia y al comenzar septiembre, el presbítero Antonio Peláez fija el día nueve de ese mes como fecha para la bendición de la iglesia.
Llegado el día inaugural los medios informativos de radio y prensa acudieron al lugar para tomar nota y dar a conocer los variados actos que habían sido programados y a los cuales habían sido invitadas las Autoridades locales y regionales. Desde Caracas se trasladaron hasta la zona el Vicario Provincial de los agustinos y representaciones de los colegios San Agustín del Paraíso y de Los Jardines del Valle.
En los alrededores de la iglesia se había congregado una gran multitud de fieles que entusiasmadamente aclamaron al Prelado Diocesano, al Superior de los Agustinos en Venezuela, y al grupo de sacerdotes mientras caminaban hacia la entrada del templo entre acordes festivos de la Banda Municipal de la Ciudad. La solemne ceremonia concluyó con un vibrante discurso de Monseñor Domingo Roa Pérez, al que la asamblea respondió con un prolongado aplauso, expresión del sano orgullo y gran satisfacción por la inauguración de la primera iglesia de la ciudad.
Hoy día la iglesia Santa Mónica continúa siendo una de las más concurridas, donde los fieles pueden disfrutar de un hermoso, acogedor, apacible y digno lugar para celebrar juntos la fe y recibir la fuerza espiritual revitalizadora fundamentada en los valores cristianos.
Cronista del Municipio Lagunillas
Cordial Saludo.
Quisiera saber si hay manera de comunicarme directamente con la Iglesia Santa Mónica.
Algún correo o teléfono.
Gracias