“¡Muchacho, ya no hay espacio! Mirá cómo va la gente, ya no metáis a más nadie”, expresa una mujer que va casi colgando en la puerta trasera de un Bus en la ruta El Danto – Ciudad Ojeda
La cantidad de ciudadanos a bordo de la unidad sobrepasa por mucho el límite de usuarios establecido por las autoridades desde que inició la cuarentena para prevenir la propagación del coronavirus, y lo permitido en cada unidad.
Todos están alterados por el calor, hablan y gritan, pocos usan guantes, todos tienen tapabocas pero muchos lo llevan en su barbilla, sus cuerpos se rozan unos con otros sin importar las normas de distanciamiento establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Gobierno local.
Esto es una locura, los buses trabajan como siempre lo han hecho, llevando hasta gente de banderita, esas personas no piensan en el riesgo que corren al montarse ahí, estando todos amorochados”, comenta una usuaria que prefiere esperar otra unidad que irse en esas condiciones
Nadie vigila el cumplimiento de las normas
Aunque las autoridades locales impusieron estas normas para evitar lo más posible el contacto físico y mantener el distanciamiento, los usuarios aseguran que no hay funcionarios policiales que vigilen e impidan el sobrecupo en los buses y la violación de las reglas.
Tú no ves a ningún policía deteniendo ningún bus que lleva a gente guindando hasta de las ventanas. Ni ahora ni nunca, pero este es un momento crucial para evitar ese virus”, denuncia Aquiles Paz del sector Fondur
Funcionarios del INTT y IAMTTEL solo llegan a las paradas a tomarse fotos para subirlas a sus redes sociales y hacer ver a sus jefes que están haciendo el trabajo, cuando en realidad no es asi, denunció Asdrúbal Hernández también usuario de dicha línea Deben atender esta situación.
Es inconcebible funcinarios de Polilagunillas detengan a los jovenes que juegan futbol en un barrio y permitan que 80 personas viajen una encima de otra en estas uidades, es contradictorio que permitan que estos buses presten servicio de esta forma, como si nada pasara”, precisa Viviana Mogollón.