En entrevista para El Diario, el candidato de la agrupación Concertación Ciudadana habló sobre los principios que rigen su pensamiento político y cómo influirían en su potencial gobierno
Las primarias opositoras del 22 de octubre serán la oportunidad para que quienes se identifiquen con la oposición elijan no solo a su candidato para las elecciones presidenciales de 2024, sino también el rumbo que quieren ver en esa dirigencia. Si bien los 13 aspirantes tienen como objetivo común derrotar a Nicolás Maduro en las urnas y promover una redemocratización de Venezuela, cada uno cuenta con sus propias propuestas, ideas y principios que serán determinantes durante la próxima campaña.
De allí la importancia de conocer cuáles son las posturas que definen a cada uno de los candidatos dentro del espectro ideológico, y cómo esto podría influir en su toma de decisiones en el futuro. Como parte del seriado Lo que propone tu candidato, El Diario busca presentar cuáles son las ideas políticas de cada uno de ellos, para que el votante sepa quiénes se ajustan mejor a sus propios principios y así lograr esa identificación política.
En entrevista para El Diario, el candidato de la agrupación Concertación Ciudadana, César Pérez Vivas, compartió sus posiciones acerca de diferentes temas de interés público. Durante el debate Hablan los candidatos, el parlamentario se definió a sí mismo como demócrata cristiano.
Estas son las ideas que perfilan su candidatura a las primarias:
¿Quién es César Pérez Vivas?
César Pérez Vivas es un abogado, político, profesor universitario, articulista y conferencista con más de 40 años de experiencia en el ámbito político y liderazgo social. Nació el 24 de abril 1957 en La Grita, estado Táchira, ciudad en la que pasó su infancia y adolescencia.
Desde su juventud Pérez Vivas destacó en la representación de la dirigencia política estudiantil, donde apoyó la causa de la democracia cristiana.
Entre 1984 y 1989, fue elegido como diputado a la Asamblea Legislativa del Táchira. Fue elegido tres veces (desde 1989 hasta 1998) diputado al Congreso de la República y en el año 2000 fue electo de nuevo como diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela, periodo que culminó en enero de 2005.
En noviembre de 2002, Pérez Vivas fue electo para el periodo 2002-2006 como secretario general nacional del Partido Demócrata Cristiano, COPEI. Posteriormente, tras ganar elecciones primarias de la oposición y derrotar al chavismo en comicios regionales, el 28 de septiembre de 2008 fue electo gobernador del estado Táchira para el periodo 2008-2012.
Tamaño del Estado
—De ser presidente, ¿promovería usted una reducción del Estado?
—Mi propuesta al ser elegido presidente es un cambio del modelo de Estado para hacerlo más democrático, más federal, más municipalizado; para reducirlo porque es un Estado gigantesco, burocrático e ineficiente que no atiende las necesidades de los ciudadanos.
—¿Cuántos ministerios cree usted que debería tener el Poder Ejecutivo y con cuáles se quedaría?
—No tengo un número exacto en este momento pero estoy muy claro que hay que reducirlo. Obviamente hay que tener un Ministerio de la Política Interior, hay que tener un Ministerio de Finanzas, un Ministerio de Educación, un Ministerio de Salud, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Medio Ambiente, un Ministerio de los Servicios Públicos, un Ministerio de Energía y Petróleo. Como básico estos no deben faltar, pero es cuestión de considerar el todo de la Administración pública.
Estamos trabajando en la preparación de una propuesta de nueva Administración pública para Venezuela.
—¿Hasta qué punto cree que el Estado debería intervenir en la economía?¿Cree que se podría volver a ese modelo de Estado empresario que había en la democracia?
—En el siglo XX siempre el Estado fue empresario. Se trató de hacer una reforma en 1989 y hubo una crisis política porque hay una cultura muy acendrada del Estado como empresario.
Yo soy partidario de una economía social y ecológica de mercado donde el Estado tenga un rol que jugar para conseguir los equilibrios sociales y proteger el medio ambiente, pero donde la economía sea adelantada a través de la empresa donde se respeta la propiedad privada y donde se haga un modelo de desarrollo económico donde prive la iniciativa privada y el Estado tengo una un rol muy reducido en el tema de gestión de la economía.
—¿Cree que el Estado debería recaudar más o menos impuestos?
—Los impuestos necesarios y bien recaudados. A veces hay muchos impuestos que no se recaudan por la evasión, entonces yo soy partidario de unos impuestos moderados y equilibrados, que garanticen recaudación, que reduzcan la evasión y que contribuyan a resolver las obligaciones y atender las demandas del Estado.
Una voracidad tributaria, como la que hoy tenemos en Venezuela, lo que hace es fortalecer la corrupción, la evasión y paraliza la economía.
—¿Su gobierno buscaría solicitar préstamos a las instancias multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI)?
—En la nueva etapa por venir en Venezuela vamos a necesitar financiamiento internacional para atender las diversas problemáticas existentes y, sin lugar a duda, el Fondo Monetario Internacional (FMI) es una instancia a la cual vamos a tener que recurrir. Esto porque Venezuela está en una situación financiera muy débil, está quebrada, está con una deuda muy alta. Hay que renegociar la deuda pública y hay que buscar financiamiento.
—¿Cuál es su posición con respecto a la apuesta en la reelección indefinida?
—He propuesto claramente la eliminación de la reelección indefinida del presidente, la reducción del periodo a cinco años y la doble vuelta presidencial.
Privatización vs. estatismo
—¿Estaría usted de acuerdo con que empresas del Estado que no sean productivas o necesarias sean privatizadas?
—Voy a desarrollar una política para privatizar ese “parque jurásico” de empresas saqueadas que tiene el madurismo en el país y vamos a abrir la actividad económica de las llamadas áreas estratégicas, que lo que han hecho es colapsar los servicios públicos como la electricidad, el agua y las comunicaciones. Vamos a privatizar esas empresas para que puedan desarrollarse.
Vamos a impulsar una apertura petrolera para que el capital privado y las empresas privadas puedan intervenir en el negocio petrolero y, de esa manera, recuperar la producción de petróleo y poder ofrecerle a los venezolanos gasolina y gas oportunamente de modo que no tenga que pasar lo que hoy ocurre cuando la gente hace inmensas colas para acceder a gasolina, a diésel y tiene, además, una deficiencia total de gas doméstico.
—¿Incluiría también a empresas estratégicas como PDVSA o la CVG?
—PDVSA no creo que deba privatizarse como tal, la casa matriz. Esto porque en Venezuela, a diferencia de Estados Unidos y los países anglosajones, el petróleo es del Estado, es un activo que tenemos que comercializar y negociar. Esa comercialización tiene que hacerse con empresas internacionales que van y deben venir a trabajar en la extracción, en el transporte, en la refinación y en la petroquímica de estos productos.
En consecuencia, necesitamos una empresa para operar este tipo de negocios. Es la empresa la herramienta por naturaleza idónea para los negocios, no son los ministerios. Tenemos que tener una empresa que se gerencia con el criterio de empresa dueña del petróleo, que en nombre de Venezuela comercializa y opera la actividad petrolera, pero una actividad petrolera que pueda abrirse de manera agresiva al capital privado.
En el resto de las actividades económicas como las empresas siderúrgicas, la extracción del hierro y del aluminio, soy totalmente partidario de la privatización de todas esas empresas para que se pongan a producir.
—¿Cree que el Estado debería eliminar el subsidio a la gasolina y sincerarse con su precio?
—Ya estamos prácticamente pagando la gasolina más cara que otros países, porque la posibilidad de gasolina subsidiada a ciertos sectores tiene unos costos reales mucho mayores, debido a que cuando una persona pasa un día, dos días o hasta una semana de cola para tener gasolina ¿Cuánto cuesta una semana?
En una economía productiva, en una economía normal, la gente va a ganar el dinero para pagar el valor de gasolina, lo importante es que el producto esté disponible y que la paguemos de modo tal que no comprometamos financieramente la viabilidad de la empresa. Lo que no puede volver a ocurrir es que vamos a regalar la gasolina, ni al exterior, ni aquí adentro, porque entonces la gente no valora el precio, no valora el costo del producto.
Si alguna cosa “buena” queda de estos años el madurismo, es que nos puso a pagar la gasolina más cara del mundo. Entonces la gente va a valorar ahora el tema de la gasolina.
—¿Cree que sería peligroso girar la economía bruscamente hacia el libre mercado con un aparato productivo tan deprimido?
—No va a ser bruscamente, ese es un proceso. Obviamente se tienen que crear las condiciones, garantizar la propiedad privada y se tiene que cambiar una serie de leyes, o desaplicar en primera instancia una serie de leyes, donde el Estado y la Administración pública interviene de manera abusiva sobre la actividad económica.
Pero no tengo ninguna duda de que tenemos que ir directo a una economía de mercado con contenido social y compromiso ambiental.
—¿Tomaría medidas para proteger a los productores nacionales frente a trasnacionales y empresas extranjeras?
—Básicamente a los productores agropecuarios. La industria nacional tiene que adecuarse, porque también hay que proteger al consumidor final. Si vamos a proteger a un pequeño grupo privilegiado para que el venezolano tenga que pagar productos más caros y de menos calidad, el que quiera desarrollar un aparato industrial tiene que tener capacidad gerencial, tecnológica y financiera en condiciones de competir con el mercado internacional.
En cambio, en el campo agropecuario hay que ver otras variables, por lo menos la variable ambiental, la preservación de las cuencas hidrográficas y de los suelos, de la estabilidad de los cauces de los ríos. Hay que hacer una combinación para garantizar una producción de una serie de rubros que puedan ayudar a garantizar seguridad alimentaria y ecosistemas sanos para la estabilidad del país.
Asistencia social
—Ante el estado actual de los hospitales y demás centros asistenciales, ¿cree que sería viable una privatización parcial o total del sistema de salud?
—El sistema de salud tiene que ser garantizado a los venezolanos por el Estado, lo cual no es razón para garantizar a la medicina privada su desarrollo, es decir, puede coexistir como ha coexistido un sistema de medicina privada gerenciado por los sectores privados, pero el Estado debe tener un sistema de seguridad médica.
Nosotros vamos a proponer la cédula sanitaria. ¿Qué significa la cédula sanitaria?, que cada ciudadano desde que nace va a tener una historia médica y va a estar vinculado a un médico de cabecera. Vamos a proveer un servicio de salud, de modo que cada venezolano sepa cuáles son las enfermedades y las características que tiene, y en cualquier lugar que llegue a un centro salud pueda conocerse su situación.
Este es un sistema informático que se puede perfectamente desarrollar. Hay gente que tiene un accidente, llega a un un hospital y no sabe qué tipo de sangre tiene o a qué es alérgico, el médico no tiene conocimiento porque no hay una historia médica. Con una historia médica y una cédula sanitaria la persona tendrá su información y además contará con la garantía de tener un médico de cabecera, un control médico y un acceso a la salud.
Para eso tenemos que cambiar la economía, si la economía es productiva, si el país tiene riqueza, vamos a poder financiar un sistema de salud pública como corresponde a un país que busca la justicia.
—¿Qué modelo aplicaría para mejorar el sistema de pensiones y recuperar el poder adquisitivo de los jubilados y pensionados?
Un Estado socialista, un Estado presidencialista, militarista, autoritario, y una economía mafiosa como la que hay en Venezuela, una economía donde el Estado es dueño de casi todas las empresas y regula todo, no permite, como ya lo estamos viendo, tener pensiones dignas.
Lo que ha hecho Nicolás Maduro es pulverizar el salario porque toda la plata se la robaron producto de la falta de control y porque todas las empresas quebraron. Un objetivo mío como presidente va a ser elevar el salario y las pensiones, pero eso no sale por arte de magia, no es que soy un mago que va a decretar “hágase los dólares” y aquí están para poder pagar; hay que producirlos.
Es un proceso, si yo quiero tener dinero que le pueda servir al trabajador o al jubilado para vivir, necesitamos producir. Hay que ver en qué áreas Venezuela tiene la capacidad de producir, el petróleo es una, el hierro es otra, el aluminio, la petroquímica, la agricultura, la ganadería y la industria. Tenemos que abrir todas esas posibilidades para que incremente el producto interno bruto, tengamos utilidades en el negocio petrolero o minero y tengamos impuestos en el resto de la actividad económica. Con ese dinero es que vamos a tener las pensiones, los hospitales y las escuelas, porque la educación también será una prioridad.
—¿Seguiría su gobierno con programas de asistencia social como las misiones?
—Hay que tener un sistema integral de salud. Todas esas son misiones y nombres que se le dieron a esos programas sociales que ya existían en Venezuela, para tratar de aparecer como original en algo que no era nada original. Si tenemos buenos servicios oftalmológicos; si tenemos buenos servicios de pediatría; de atención a la madre, es muy importante la alimentación de la madre, en Venezuela tenemos 300 mil mujeres que dan a luz cada año, pero están dando a luz niños desnutridos porque las madres están desnutridas. El tema de la alimentación es clave para que los niños que están naciendo no vengan desnutridos. Atender a la madre es fundamental en este proceso.
Esto se puede realizar si se eleva la capacidad adquisitiva. Como eso no se hace de un día para otro, en mi propuesta de gobierno en primer lugar hay un plan de emergencia sanitaria y alimentaria, porque hay hambre en Venezuela. Vamos a poner en marcha, al llegar al gobierno, un plan de emergencia alimentaria que atienda a una población desnutrida y hambrienta que ha producido la revolución.
—¿Cuál sería su posición respecto del sistema patria y los bonos que otorgó el Estado?
—El objetivo de nosotros es mejorar el salario, que a la gente le paguen un buen salario para que no esté dependiendo de si le llega un bono. ¿Qué hace usted con un bono de dos dólares y un salario de cuatro dólares? Queremos llegar a los 400 dólares de salario integral, como es en Latinoamérica.
Pero eso es un proceso, el enfoque nuestro va a ser mejorar el salario, que la gente tenga un buen salario con el cual decida qué va a comer y qué no va a comer. Las personas no tienen que comer las lentejas que el gobierno le regala, con su dinero que ganó va a comprar lo que quiera comer, no lo que el gobierno le dé la gana de darle a una persona.
—¿Cree que debe ser responsabilidad del Estado incluir en el sistema de salud pública servicios de salud mental, anticoncepción, salud sexual y dotación de medicamentos?
—Todos los temas de salud pública tienen que ser atendidos por el Estado, sin perjuicio de que el sector privado lo ofrezca, pero el Estado debe garantizarles a los ciudadanos un servicio de salud en todas las áreas de buena calidad.
—¿Consideraría como un derecho el acceso de las mujeres a productos de higiene menstrual?
—Eso forma parte de la salud, forma parte de la higiene, entonces son derechos. Todo eso se resuelve no por dádiva, no es que se la va a regalar, sino que vamos a mejorar el salario de todos para que accedan, así como acceder a alimentos, pueda tener acceso a productos sanitarios, a productos de higiene personal.
La mujer necesita ese tipo de productos, los hombres necesitamos otros. Pero no vamos a tener un departamento, un ministerio o un instituto para que de los productos que necesitan las damas o los caballeros, sino que se le pueda dar esa responsabilidad a las personas a través de salarios de calidad. Tenemos que educar sobre cuál es el tipo de higiene que necesitamos los seres humanos, qué productos se requieren para la higiene personal y para la prevención de enfermedades.
Cuando haya poblaciones muy vulnerables se buscará el mecanismo vía de administración directa de proveerlo, pero eso es la excepción. La regla tiene que ser que la gente gane lo necesario, que la meta sea un salario y unos ingresos suficientes para que las personas accedan a los bienes materiales y a los bienes espirituales a los que una persona tiene derecho.
Seguridad
—¿Cree que planes del régimen como la Operación Liberación del Pueblo (OLP) han contribuido a reducir los índices de inseguridad en el país?
—No, aquí lo que ha habido es una violación masiva de derechos humanos. Algunas personas que se han ido del país a delinquir a otro lado han dejado atacar aquí, pero el problema es estructural y no ha sido atacado. Además de la educación y de la reducción de la pobreza, de todo lo que sea prevención del delito, hay que tener mano firme frente a las bandas criminales y los grupos delictivos que están operando en el país y que en estos años de la revolución han tenido una complacencia y hasta una alianza con el gobierno.
El fenómeno del Coqui, en la cota 905; del Wilexis, en Petare, para hablar de dos casos de recientes, se dieron porque el gobierno dentro de esas OLP armaron a estos personajes y después se les convirtieron en enemigos.
—¿Qué medidas tomarían en esta materia?
—Primero la reestructuración general de los organismos de seguridad, hay que dignificar la función policial, hay que darle un salario a los policías para que no tengan que estar matraqueando en la calle, formar adecuadamente al personal policial y tener mano firme contra el crimen.
—¿Qué acciones tomaría usted para reformar el sistema judicial y el penitenciario?
—El sistema judicial le va a corresponder al nuevo Parlamento, no es una función del presidente. Tenemos que hablar del principio de separación de poderes, nosotros estamos muy acostumbrados por nuestra cultura presidencial y por la dictadura que hemos tenido, que todo depende del presidente.
Como presidente voy a impulsar una modificación del Estado, voy a proponer la modificación del parlamento para un nuevo congreso, de modo que ese nuevo congreso modifique y elija autoridades del sistema de justicia independientes que cumplan con sus funciones.
El tema de la seguridad de las cárceles sí es del gobierno, porque es Administración pública, vamos a acabar con los privilegios de las cárceles. Aquí hay unas que parecen un hotel de cinco estrellas para unos privilegiados. El que está preso está preso, vamos a poner orden en la cárcel, vamos a acabar con esos antros de corrupción y de gestión del delito que se desarrolla en estos tiempos.
—¿Cree que el rol de las prisiones debería ser el de reeducar a los presos para que puedan reinsertarse en la sociedad?
—Por supuesto. Hay toda una ciencia que es la criminología y buscaremos expertos en el país para que hagamos un sistema de sanción, reeducación y manejo adecuado de los sistemas penitenciarios.
—¿Apoyaría usted la implementación de la cadena perpetua en Venezuela?
—No me gusta la idea de la cadena perpetua, lo importante es que se aplique la justicia. Tampoco estoy de acuerdo con la pena de muerte.
—Ante la presencia de mega bandas como el Tren de Aragua, carteles de narcotráfico y grupos guerrilleros que controlan territorios enteros del país, ¿cree que será necesario el combate armado contra estos grupos?
—El Estado tiene que buscar el sometimiento a la ley de esos grupos y si estos grupos ofrecen resistencia, el Estado no tiene otra opción que someterlo por la fuerza.
Medio ambiente y sostenibilidad
—¿Cree que, más allá de las razones económicas, Venezuela debe buscar alternativas a la producción de petróleo para contribuir con el medio ambiente?
—Venezuela puede contribuir nuevamente con el medio ambiente. A pesar de que se ha ampliado la reserva minera, tenemos el bosque amazónico y hemos cultivado bosques sembrados, como el bosque de uverito. Nosotros podemos desarrollar bosques sembrados nuevos.
La situación económica del país nos obliga a aprovechar un tiempo más el petróleo, lo cual no significa que no desarrollemos energías alternativas, sobre todo en un país que está ubicado al norte de América del sur y que tiene una exposición solar muy alta que puede aprovechar la energía solar y la energía eólica.
No podemos decir que no vamos a usar el petróleo, tenemos que usarlo porque necesitamos que esa industria nos provea fondos para poder desarrollar otros caminos que puedan ayudar a la eliminación de los gases de efecto invernadero.
—¿Qué medidas tomaría para frenar el ecocidio que se registra actualmente en el Arco Minero del Orinoco?
—Pararlo totalmente. Hay que llegar y tomar eso para sanearlo. Empezar un plan de combinación de recuperación de daños ambientales con el aprovechamiento de la riqueza minera, donde ya los daños son irreversibles. Donde ya destruyeron el bosque hay que sacar lo que hay, entonces hay que ordenar aquella explotación, racionalizarla y asociar al país con empresas con capacidad de restablecimiento de los ecosistemas intervenidos.
—¿Qué opina usted sobre el cambio climático?
—Es una realidad científica que tenemos hoy en día y nosotros podemos contribuir a su mitigación con la preservación de los bosques. Nosotros tenemos muchos espacios donde construir nuevos bosques y yo tengo un plan para que sembremos unos 200 millones de árboles en cinco años, o sea, que cada venezolano tenga la obligación de sembrar y cuidar un árbol, sobre todo los que están en las escuelas, los estudiantes universitarios y los soldados.
Que todo mundo siembre durante el año 4 o 5 árboles por cinco años es una población muy grande que puede ayudar a aportarle a la humanidad muchas hectáreas más de bosques que sirvan de eliminadores de los gases de efecto invernadero, y por lo tanto, mitigantes del cambio climático que hoy se produce en la humanidad.
Hay una serie de políticas ambientales que hay que tomar para que nosotros reduzcamos la emisión de gases de efecto invernadero.
—¿Considera que se debería decretar la creación de más parques nacionales y reservas naturales?
—Cuidar las que tenemos sería suficiente. Venezuela es el país que tiene más parques nacionales de toda América, pero son parques nacionales decretados que en la práctica están siendo devastados por la voracidad extractivista de la revolución. Nosotros vamos a profesionalizar mejor el instituto de parque, vamos a mejorar esta instancia y vamos a lograr que los parques nacionales vuelvan a ser de verdad parques nacionales, es decir, áreas bajo régimen de administración especial.
—¿Cree necesario actualizar y discutir leyes para proteger las reservas de agua dulce del país?
—Más que las leyes es política, porque leyes tenemos como la Ley de Agua y la Ley de la Diversidad Biológica, que yo fui uno de los promotores cuando fui diputado. El problema no es de leyes, el problema es de voluntad política y de educación ciudadana. ¿Cómo es posible que el gobierno de Maduro sea el principal destructor de la amazonía? ¿Cómo es posible que el gobierno socialista haya cancelado los programas de conservación de cuencas hidrográficas que Venezuela tenía con el banco mundial? ¿Cómo es posible que no se haya vuelto a sembrar un árbol en las cuencas hidrográficas y que hoy en día hay una reducción de la oferta de agua dulce?
Este gobierno ni hizo un acueducto ni sembró árboles para cuidar las cuencas, por el contrario, lleva un récord mundial en devastación de bosques.
—¿Qué acciones tomaría para que Venezuela pueda transitar hacia el uso de energías limpias y renovables?
—Primero fortalecer la investigación científica en las universidades y segundo facilitar que empresas internacionales vengan a trabajar aquí, porque tenemos facilidades por nuestra ubicación geográfica. Tenemos lugares donde podemos aprovechar energías eólicas, tenemos espacio suficiente para la energía solar y otras energías alternativas.
Reivindicaciones sociales
—¿Usted está a favor de la despenalización del aborto?
—No, yo creo que la vida hay que defenderla desde la concepción hasta el término de la vida. Creo que nosotros si nos hubiesen facilitado el aborto y alguna madre hubiese querido abortar, no estariamos nosotros acá. Una cosa el aborto terapéutico o cuando hay problemas ya de la vida de la madre que haya que preservarla, pero estoy definitivamente a favor de la vida.
—¿Cuál es su postura sobre el feminismo?
—Yo creo que el derecho de las damas a tener un rol en la sociedad lo defiendo y lo promuevo. Para mí, la mujer tiene los mismos derechos que el hombre, a veces más bien creo que se exceden en algunas posiciones de radicalismo que no son buenas y que no ayudan tampoco a la igualdad de la mujer y el hombre, porque el feminismo no puede ser desconocer también que existe el hombre.
Lo que tenemos que reconocer es que la mujer es un ser humano, que tiene toda la dignidad de una persona humana, que tiene que ser respetada, que tiene que ser reconocidos todos sus derechos y tiene que ser protegida su integridad moral, física, psicológica y social.
—¿Está usted a favor de la eutanasia?
—No, creo que la vida la dispone Dios. Hay muchos casos en los cuales se ha demostrado que personas a las que se considera que ya no tienen reversión han vivido y si hubiesen aceptado la eutanasia no hubiese vivido. Yo tengo un caso muy cercano de un amigo mío en Valencia que estuvo médicamente muerto, le preguntaban a la esposa que si lo desconectaban y la señora dijo que no. Reaccionó y hoy está vivo.
—¿Apoyaría que se incorporen temas como diversidad sexual y de género en los programas de educación sexual en las escuelas?
—Todo tiene su racionalidad. Hay una tendencia hoy en día a hacer una apología de la sexualidad, una cosa es educar a la gente sobre educación sexual natural, y otra cosa es una apología a una sexualidad desbordada a una apología como si aquello no fuera una función natural y humana que corresponde en su momento desarrollar al ser humano.
Todo tiene su tiempo, hay que dejar que el niño madure y entienda su naturaleza, pero lo que estamos viendo hoy en día es una propaganda para quitarle a la naturaleza de la vida humana en la sexualidad su propia esencia para desnaturalizarlo y para llegar prácticamente al nivel de la de la lujuria que precisamente es algo que todos condenamos, o por lo menos yo condenó.
—¿Está usted a favor del matrimonio igualitario y el derecho a la adopción homoparental?
—Yo creo que el matrimonio es la unión del hombre de la mujer para la procreación de la especie, lo cual no significa que personas que tienen una identidad sexual distinta puedan tener una vida en común, es una realidad que dos hombres pueden vivir juntos o dos mujeres viven juntas. Esas personas deben respetarse, no por eso puede ser discriminada o vejada, pero eso no es matrimonio, el matrimonio para procrear, es para hacer crecer la especie.
Como es una realidad, un hecho social público y notorio que hay personas del mismo sexo que tienen afecto, que se quieren, que viven juntos, que tienen su intimidad, cuestion totalmente respetable. Eso puede ser obviamente reconocido por el derecho, lo que se llaman uniones de hecho. Pueden tener reconocimiento jurídico como se reconocen otros hechos sociales, pero no significa que es sociedad de matrimonio y esa relación de hecho no está diseñada para hacer familia.
No estoy de acuerdo con la adopción por parte de parejas homosexuales.
—¿Está usted a favor del reconocimiento de la identidad de las personas transgénero? De estar a favor, ¿a partir de qué edad consideraría usted adecuado el cambio de género?
—Ese es otro tema que se pudiera considerar. Si una persona quiere cambiarse el nombre, por ejemplo, eso se pudiera considerar como una oportunidad, si alguien que nació hombre quiere ser mujer, yo no me opondría a que le cambien el nombre, pero que quede claro la identidad.
El tema es que genéticamente el hecho de que se produzca la transformación, el transgénero, no hace biológicamente igual a esa persona. Hay temas como las competencias deportivas, donde hombres que se han convertido en mujeres quieren competir de tú a tú con las mujeres y resulta que las propias mujeres se sienten que le están creando una desventaja, porque quien está compitiendo no es biológicamente mujer, entonces para ese tipo de actividades es cuestión de que se cree de que aunque tenga el nombre se tenga constancia de que biológicamente no lo era.
El cambio de identidad se podría hacer, de hecho habría que modificar el Código Civil, pero dejando constancia claramente para otros efectos, no para la identidad, sino para los efectos de actividades sociales, culturales, deportivas y económicas que esa persona originariamente era de otro sexo.
Los cambios se pueden realizar al momento que la persona es mayor de edad y es consciente de sus actos, entre tanto no se debe permitir destruir el espíritu, la mente de la persona, dejar que la persona madure y que asuma responsablemente su comportamiento.
—A pesar de sus posiciones personales, si la AN aprueba (o rechaza) cualquiera de estos puntos, ¿lo apoyaría desde el gobierno?
—El presidente de la República no es el que decreta si eso va o no. Modificaciones como esas, que tienen que ver con la cultura de la sociedad, deberían ser aprobadas por referendo.
—¿Cree que Venezuela puede considerarse como un Estado laico actualmente? Esto considerando el apoyo que se da a las festividades religiosas católicas o el papel que juegan iglesias y grupos religiosos en la discusión de leyes.
—Venezuela es un Estado laico, no hay duda de eso. Tenemos una sociedad religiosa donde conviven diversas religiones cristianas y no cristianas, de modo que el respeto a esas iglesias es un derecho que tenemos los ciudadanos y el Estado debe respetar. Además, como expresión de la sociedad civil, la Iglesia merece el apoyo del Estado, cualquiera de las iglesias.
En el país, la iglesia mayoritaria de los ciudadanos es la católica y ha recibido apoyo del Estado, pero también otras iglesias han recibido apoyo del gobierno. En la medida en que las iglesias contribuyan al desarrollo cultural y espiritual del pueblo es una una decisión sana para el país la cooperación del Estado con la iglesia.
Fuente El Diario