La buena disposición de una persona, depende de varias virtudes que le permiten mantener una excelente convivencia y desenvolvimiento en todos los espacios de su vida. De igual manera, le otorga las herramientas de vida, necesarias para enfrentar los «huracanes» que se puedan presentar, sacando de ellos el mejor provecho y aprendizaje.
Todos nuestros actos tienen consecuencias que debemos asumir y hacernos responsables de ellas, algunas por acciòn, otras por omisiòn, de la forma que sea, lo importante es tener la humildad aceptar, reconocer y enmendar esas fallas y no hacer lo contrario, es decir, responsabilizar a otros o buscar excusas para justificar lo injustificable, porque en estos casos actùa el ego y la prepotencia que mal aconsejan a no rectificar.
Aplica estas virtudes….
La empatìa permite entender y aceptar al otro, sin juzgar.
La humildad es la grandeza de reconocer nuestras fallas para fulminar la prepotencia y la altivez.
El respeto, nos permite conocer nuestros lìmites y los del otro.
La cordialidad nos invita a tratar bien a los demàs, de forma cortès y amable.
En cambio….
El odio, el egoismo, la altivez, la soberbia y la violencia son caminos infèrtiles y espinosos que no llevan a ningùn lado, solo generan caos y agravan los problemas.
Una buena disposiciòn, siempre es una inteligente decisiòn para que las cosas fluyan por el camino de la paz. Incluso a nivel personal, es altamente liberador, porque permite resolver los problemas sin apegos o luchas de poder, genera paz, entendimiento, tranquilidad y bienestar, además de satisfacciòn, por los buenos resultados que se obtienen. Es la mejor fòrmula donde ganamos todos.
Suelta el ego y libera tu mejor disposiciòn.
Por : Abg. Nilmary Kris Boscàn Maldonado.