Me cela porque me ama, él revisa mi teléfono porque me quiere, me abofeteó porque no lave la ropa, él me dice cómo vestirme o maquillarme, él me cuida por eso me vigila, él no permite que tenga amigos que no me convienen, si lo dejo me mata, si me separo de él no tengo quien me mantenga. Estas son algunas de las justificaciones, sin sentido ni razón que muchas mujeres le dan a la violencia en donde definitivamente se ha creado una relación de poder, donde el hombre es la autoridad y la mujer la subordinada.
Existen múltiples factores que influyen en la violencia de género, a pesar de que se han creado leyes que protegen a la mujer contra cualquier tipo de violencia, a puertas cerradas, la situación es otra, como historias de abuso y violencia en la familia de origen, conflictos de pareja, aislamiento, patrones, paradigmas, dependencia económica, educación, costumbres familiares en donde le otorgan el poder al hombre, problemas de personalidad, baja autoestima, entre otros.
Algunas mujeres justifican actos de violencia, asumiéndolo como parte normal de su vida sin considerar que estos actos pueden causar deterioro nocivo a su salud, que van desde el daño físico a trastornos sicológicos y emocionales. Por lo general, el agresor actúa progresivamente, gritos, bofetadas, golpes e incluso puede llegar a cometer el delito de homicidio.
El amor no es sufrimiento ni subordinación, al contrario la agresión y sus tipos representan delitos. En el caso de Venezuela, existe la Ley Orgánica del Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia, además de fiscalías especializadas en el tema, que regula, sanciona y protege a la mujer víctima de cualquier tipo de violencia, siendo un gran avance en materia de género, sin embargo, es necesario establecer políticas sociales y educativas para erradicar la violencia que sigue latente. La educación es fundamental para transformar mentalidades, paradigmas y patrones erróneos que aminoran la figura de la mujer como un ser supeditado a las órdenes y servicio del hombre
En otro orden de ideas, la autoestima saludable es necesaria para reconocer y no admitir conductas de otro, que pueden causar daño, toda mujer tiene la libertad de desenvolverse según su personalidad sin limitaciones impuestas que menoscaben su desarrollo personal.
Abg. Nilmary Boscán Maldonado