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viernes, 22 de noviembre del 2024
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OPINION | Libertades sindicales en Venezuela por Raúl Ochoa Cuenca

Entre las instituciones que el espejito de Chávez destruyó está el movimientos sindical venezolano, el cual monopolizado por algunos dirigentes poco cónsonos con su extracción socioeconómica, me refiero a Eleazar Pinto y a Jose Gonzalez Navarro, el primero apasionado del golf y el segundo de los zoológicos con tigres de bengala y leones de Katanga,  fueron pasto fácil de los objetivos del llamado socialismo del siglo XXI.               

La CTV, aquella central sindical fundada por hombres probos como Francisco Olivo, Bernardo Pérez Salinas, Luis Hurtado Higuera, a quien el 13 de marzo de 1954 a la 1:45 min de la madrugada fue sacado de su casa, esposado por la seguridad nacional de Pérez Jiménez y vilmente asesinado. Así como Juan Herrera y algunos otros prohombres de la Venezuela pre y democrática. Me parece equo mencionar, que así como vimos el mal ejemplo del Pinto golfista y del zoólogo González Navarro, Carlos Ortega ha dado una lección de probidad,  quien para subsistir era chofer auxiliar de camión en la ciudad de Lima.

Ese que se auto calificaba como el partido del pueblo, Acción Democrática y que en muchos casos así lo era, inspiró durante el año 1947 la refundación de esa gran primera central sindical venezolana, la CTV. con el empeño de Raul Leoni,  el primer asesor jurídico de la central. Pero no solo la naciente democracia se fortaleció de esa central obrera de inspiración socialdemócrata, también los sectores social cristianos contribuyeron con el proceso de la institucionalización de las libertades sindicales, con la fundación de la Confederación de Sindicatos Autónomos de Venezuela (Codesa), inspirada en las enseñanzas de la doctrina social de la iglesia y en el pensamiento progresista del padre Genaro Aguire S.J, así como de Aristides Calvani y Rafael Caldera, de quien menester es recordar, que su tesis de grado sirvió como base a la primera ley del trabajo de Venezuela.

No puedo dejar de mencionar como elemento importante de la institucionalización del movimiento sindical venezolano a la Central Unitaria de los Trabajadores de Venezuela, la Cutv, central inspirada en las enseñanzas del marxismo y en la  interpretación que hacía el Partido Comunista de la URSS de las libertades sindicales. Esta central fue auspiciada por el partido comunista de Venezuela, con el definitivo sostén de los hermanos  Machado,

siendo Gustavo el secretario general de ese partido. La Cutv fue fundada y dirigida por el Sr Cruz Villegas, quien fue su secretario general y líder histórico.

Pero como en toda historia no podemos evitar leer una parte positiva y una parte menos, por lo que aquí me debo referir a la realidad que hoy atraviesa el sindicalismo (casi inexistente) venezolano. Cito un trabajo de la profesora del Cendes, Consuelo Iranzo, publicado en el número 274 correspondiente a marzo-abril del 2018 de la revista Nueva Sociedad, refiriéndose a la CTV de los años 2000, “La antigua Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) levantó banderas políticas en favor de la democracia que la acercaron a sectores patronales antichavistas y la alejaron de los asuntos laborales, mientras que la central aupada desde el oficialismo, (se refiere a la Unión Nacional de los Trabajadores, UNT), renunció a la independencia y a la libertad sindical. Pese a los intentos actuales de articular ambos bloques ante un Estado autoritario, el sindicalismo venezolano se muestra, hasta el momento, incapaz de superar sus propias deficiencias y de jugar un rol relevante en medio de la profunda crisis que vive el país”.

Es importante recordar en este trabajo sobre un aparte de la realidad venezolana, como es la libertad sindical, que desde el inicio de su presidencia Chavez decidió acosar todo lo que fuese sindicalismo, con el burdo pretexto que era el pueblo quien le exigía que impulsara un cambio radical en el concepto de la práctica del sindicalismo en el país.

Así estas limitaciones a la libertad sindical se enmarcaron en las medidas que tenían y aun persisten con mas fuerza de criminalizar a los dirigentes opositores y quienes muchos de ellos han sido acusados de terrorismo. El caso más renombrado es el de Rubén González, secretario general del sindicato de Ferrominera Orinoco, condenado el 13 de agosto a 5 años y 9 meses de cárcel por el Tribunal Militar 5to de Control de Maturín, Monagas, a cargo del coronel Alexis Baloa.

“Hugo Chávez y posteriormente Nicolás Maduro, se han convertido en una referencia de lo que es un Estado antisindical y anti obrero, y han dejado en evidencia cómo la destrucción del movimiento sindical es un factor central en el socavamiento del sistema democrático”. Opinión esta del Dr León Arismendi, profesor de derecho del trabajo en la Universidad Central de Venezuela.

Pero lo más grave es como afirma Provea no son casos aislados los ataques del gobierno a las libertades sindicales. Y en el lejano año del 2011, esa ONG revelaba que desde 2005 hasta ese año, hubo al menos 273 asesinatos a sindicalistas y trabajadores en todo el país. A su vez, la Coalición Sindical de Venezuela informó en julio de 2021 que en los últimos 10 años ha habido 151 detenciones inconstitucionales a líderes sindicales en el país. En otras palabras, esta aberración es política de estado.

Otro hecho que a la mayoría de la nación venezolana le resulta vergonzoso es el hecho que durante el año 2018, el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableció una Comisión de Encuesta para Venezuela, siendo el 13° país que es investigado por el organismo especializado de las Naciones Unidas desde su fundación en 1919 y el único del continente americano en el siglo XXI. Solo dos naciones más fueron examinadas por la OIT en los últimos 19 años: Bielorusia en 2003 y Zimbabue en 2010.

En su visita al país –del 8 al 12 de julio de este año– la Comisión de la OIT constató la existencia de prácticas que atentan contra las garantías y derechos laborales establecidos en convenios internacionales. Denunció que en Venezuela “tuvieron y tienen lugar una serie de actos de violencia contra empleadores y contra sindicalistas que son violatorios de las libertades civiles básicas”, en particular la seguridad e integridad física de la persona, requisito indispensable para asegurar el libre ejercicio de las garantías previstas en el convenio número 87, relativo a la libertad sindical

Concluyo esta nota citando al aspirante al título de doctor en Ciencias Jurídicas, abogado   Alonso Hernández Ortiz, en la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España en 2020. La tesis doctoral que presentó a consideración de ese jurado investigó el ejercicio del derecho a la libertad sindical en la República Bolivariana de Venezuela. Su objetivo central se centró en analizar si se respeta el contenido del derecho constitucional a la Libertad Sindical, como derecho fundamental de los trabajadores del Estado Social, Democrático de Derecho, de Justicia en el marco de su ordenamiento jurídico.

Específicamente, se concluyó que las garantías de la Libertad Sindical en Venezuela han ido en un sistemático, progresivo y evidente deterioro, manifiesto en las denuncias presentadas por sindicatos y organizaciones defensoras de los derechos humanos ante los organismos internacionales, considerando la OIT como “muy grave”, la situación del Estado venezolano en términos de garantías de ejercicio de Libertad Sindical.

Termino este trabajo  constataciones ciertas características típicas de los estados bajo administración autocrática. Una de estas es cuando las libertades sindicales vienen supeditadas, en el caso venezolano al Consejo Nacional Electoral, como Poder Público, la potestad de organizar las elecciones de sindicatos y no solo, violando flagrantemente lo establecido en la Constitución Nacional conforme a lo dispuesto en el artículo 23 y en los Convenios N° 87 y N° 98 firmados con la OIT y ratificados por Venezuela, que garantizan el derecho de los trabajadores a constituir, sin autorización previa, organizaciones sindicales, afiliarse a las mismas y elegir libremente a sus representantes, sin injerencia de las autoridades públicas. Asi también como podríamos calificar de perversión la composición, contraria a la normativa, del Tribunal Supremo de Justicia, institución que no esconde su comportamiento entreguista y corrupto ante los deseos del Gobierno autocrático, presidido por aquel que posiblemente como una burla más, se autocalifica de presidente obrero.

Raúl Ochoa Cuenca en Anfi del Mar el 10 de julio del año 2022.

Video:  Trabajadores protestan el 15 de febrero del año 2022. Duracion 1’ y 23”  https://www.efe.com/efe/america/economia/trabajadores-piden-a-maduro-politicas-que-recuperen-sus-condiciones-laborales/20000011-4740932  Fuentes:. https://dialnet.unirioja.es/servlet/tesiswww.nuso.org/autor/consuelo-iranzohttps://provea.org/actualidad/ruben-gonzalez-en-libertad-2/

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