Mario Draghi, el hombre que quiso domar a la bestia. Es la frase que nos recuerda a Belerofontes, quien representaba un héroe de la mitología griega, cuya mayor hazaña fue el de domar al caballo con alas, Pegaso, el caballo de Zeus, Dios del cielo y de la Tierra.
Pero Mario Dragh, ese coterráneo de San Francisco de Asís, peruginos ambos y a quien Draghi le reza continuamente con el ruego que le concediera las fuerzas necesarias para domar a esa bestia que es la política italiana, no fue suficiente. Ayer entre un advenedizo en política, un fascista admirador de Putin y una seguidora de Benito Mussolini y un anciano millonario que después de la jornada de trabajo se divertía con jóvenes y menos jóvenes en alucinantes fiestas que el mundo conoció como las noches del Bunga Bung, frenaron al Mario Dragh, el dirigente italiano en quien la italia per bene y la comunidad internacional lo consideran como el único que podía, si no domar por completo la bestia, al menos tenerla amarrada durante el periodo del renacimiento de italia como uno de los países guías para el mundo en este periodo tan complejo y en cual dia a dia pareciera que nos acercaremos a la llegada de situaciones que ante cualquier error o peor aun, errónea decisión pudiera convertirse de nuestro mundo en un verdadero infierno.
El expresidente del Banco Central Europeo lideró durante 17 meses un Gobierno muy eficaz que logró poner en marcha reformas aplazadas durante décadas y devolver a Italia el prestigio internacional, “no es casualidad que el gobierno haya sido derribado por fuerzas políticas que le hacen un guiño a Vladimir Putin”. Así lo aseguró el canciller Luigi Di Maio, quien es el líder del partido “Juntos por el futuro», fundado recientemente como consecuencia de la escisión del movimiento 5 Stelle.
Según el diario The Washington Post, en su edición matutina del día de hoy, el gobierno de Draghi cae «entre rencores y profundas divisiones», escribe el WP en un artículo sobre la crisis política que se abrió en la tarde de ayer en Roma. “La dimisión del primer ministro después de que M5s, Lega y Forza Italia no participaran en la moción de confianza, pone fin a un período de relativa unidad política en Roma y desestabiliza la tercera economía de la Unión Europea, de la que Draghi era ampliamente considerado un garante”, escribió el matutino, y añade que “durante un año y medio, el centrista Draghi lideró un gobierno amplio, de izquierda a derecha, y dominó su reputación construida como el ex primer banquero central de Europa para aumentar la influencia de Italia en Bruselas y garantizar fuertemente una línea dura europea contra Rusia en su guerra en Ucrania”.
Pero ahora, “lo que vendrá para Italia, después de que se celebren las elecciones, puede ser muy diferente. Es probable que el próximo gobierno reúna a un grupo de partidos nacionalistas y de centroderecha, incluidos algunos con puntos de vista euroescépticos y prorrusos”, dice el Post.
En este rasante vuelo que escribo sobre esta no totalmente inesperada realidad del país el cual ni siquiera Belorofontes, aun si retornan los días de la mitología griega estaría en condiciones de domar esa bestia llamada la politica italiana concluyo citando a un joven catedrático e investigador catalan, Hector Sanchez Margalef quien nos dice sobre la caída del también apodado Super Mario y de la actual realidad de este país, al cual admiro y quiero como lo que es: mi segunda patria: “Los países del sur de Europa pierden un aliado importante», asegura el profesor Sanchez, que subraya que el primer ministro italiano «era escuchado en Francia y en Alemania” y agrego, no solo en Europa, también el presidente Biden ha afirmado que Draghi es una garantía para los valores del mundo occidental, dirigiendo la tercera potencia económica de la Unión Europea.
«En plena negociación de la reforma de las reglas fiscales y en plena escalada de la inflación, perder a Draghi es peligroso tanto para Italia como para Europa, y crece el riesgo de fragmentación en la eurozona», concluye Sanchez. Me permito agregar al distinguido profesor que no podemos olvidar que una Italia cercana al Kremlin podría significar tener un Vladimir Putin, con influencia, ¿solo con influencia?, en las decisiones italianas y ¿ por qué no ? ser la Italia democrática y libre en un vocero de los maquiavélicos intereses rusos en la comisión ejecutiva de la Unión Europea.
Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar el 22 de julio del año 2022.
Fuentes: The Washington Post, www.eldiario.es/catalunya www.elpais.com
Futuros escenarios como consecuencia de las elecciones adelantadas del dia 25 de septiembre