Algunas personas tienen la necesidad de controlar de todo lo que sucede en su vida, pero cuando no pasa conforme a lo planeado y todo sale de contexto, se sienten perdidos y frustrados. Es importante entender que no tenemos el dominio de todo, pues así seas el mejor estratega, hay momentos que las cosas no ocurren como esperamos, siendo trascendental aprender a aceptar para vivir con tranquilidad. Es necesario soltar y dejar que todo fluya en el tiempo perfecto para que llegue el aprendizaje que la vida nos está presentando.
La aceptación no significa conformarse, por el contrario, es una maravillosa oportunidad para prepararse a los nuevos cambios que debemos afrontar, resistirse no cambia nada, hay que dejar el ego y abrirse a las nuevas posibilidades que la vida nos regala.
Perdemos tiempo sufriendo por que las cosas no salen según lo planeado, incluso el enojo aparece como parte de la frustración, limitándonos observar el lado positivo y la moraleja.
No es falso, que todo lo que sucede tiene un propósito especial en la vida y que implica hacer cambios que no estaban dentro de los planes, la buena noticia es que trae consigo nuevas experiencias que son de provecho y evolución personal.
Aceptar y adaptarse son las vías para asumir los cambios, soltar el ego permitiendo que todo transcurra, observando cada circunstancia con tranquilidad nos genera calma para tomar nuevas decisiones, conforme al actual escenario, oponerse no es una opción saludable porque no cambiará nada y solo provocará malestar.
A veces proyectamos una agenda para organizar el día y todo se cumple al pie de la letra, pero también puede suceder que las condiciones cambien el curso de nuestro plan y la historia sea otra, en esos momentos hay que ser consciente de que lo más saludable es dejar que todo fluya tomando lo bueno de cada situación.
No afanes ante los cambios, todo tiene un propósito fundamental en la vida.
Abg. Nilmary Boscan Maldonado.