Todo lo relacionado con la crisis sanitaria derivada de los efectos del nuevo virus Covid-19, sin duda, impacto toda la sociedad en general y sus organizaciones.
Cambios en las jornadas de trabajo, nuevos métodos laborales entre otras incidencias, que no hacen sino seguir insistiendo en la imperiosa necesidad de adoptar cambios urgentes en las organizaciones, tanto públicas como privadas.
Se presentan nuevos retos y desafíos a enfrentar, que deben comenzar por el estilo de liderazgo, no se trata solo de tecnología en cuanto a equipos, sistemas, programas, infraestructuras, entre otras, también en el cambio de actitud de las personas, su comportamiento.
Qué hacer para la nueve dirección encamine hacia el trabajo, hacia la empatía, el amor por lo que se hace? Acá se juega un rol preponderante el cómo enfrentar la inseguridad que causa la incertidumbre, las políticas públicas que sin duda impactan las condiciones laborales, así como seguir insistiendo en la capacitación, y el adiestramiento, ya que la información que genera la aplicación de lo tecnológico es más veloz que el conocimiento de la gente.
Otro elemento importante es la aplicación de las investigaciones psicológicas sobre la conducta, que ayuden a detener o por lo menos ir reduciendo la alta resistencia a los cambios que son necesarios en un mundo turbulento, donde el talento se ve afectado por emociones que a su vez son impactadas por decisiones de la dirección de una empresa.
Que deseamos? Organizaciones flexibles, ágiles, que den respuesta a las demandas de clientes y proveedores ávidos de rapidez en los procesos de trabajo.
Es de señalar que las organizaciones de países subdesarrollados están en franca desventaja ante las ubicadas en naciones de mayor desarrollo.
Un trabajador con bajo salario, alta inflación, servicios públicos deficientes, sistema de salud deteriorado, educación con pocas condiciones de responder a los cambios de un mundo digitalizado, sumado a inseguridad permanente, sin duda impactan su conducta, su comportamiento, sus emociones y lo coloca en situación donde el líder moderno debe comprender y ser una dirección humanista, motivadora y comprensible de estás debilidades.
Por otra parte, el ritmo de actividad no se detendrá, seguirá la tecnología, lo digital desarrollando sus descubrimientos y llevará a qué las la gerencia se adapte a este nivel de desarrollo, en el cual, a mi modo de pensar permita que el cambio de actitud, de comportamiento y el manejo de las emociones esté en sintonía con estás exigencias.
Dr José Gregorio Figueroa.
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