“El alegato permanente que hacen ciertas izquierdas a la autodeterminación de los pueblos para terminar incluso justificando sus desviaciones o conductas que no son apropiadas, como limitaciones a libertad de expresión, a la reunión, o el irrespeto a los derechos humanos es algo que tenemos que enfrentar más abiertamente”, le confesó Boric a la Radio N24. Mientras que en la entrevista con la BBC Mundo, el neo presidente aseguró que “Venezuela es una experiencia que ha fracasado y la principal demostración de su fracaso son los seis millones de venezolanos en diáspora y para qué decir las condiciones económicas de vida de los venezolanos es la prueba fehaciente del fracaso”. Terminando el tema venezolano con una frase lapidaria cuando afirmó que en Venezuela el retroceso democrático ha sido “brutal” y manifestó que ese no es el camino a construir en su país. Pero el ganador del 21 de noviembre no se quedó solo en criticar la dictadura venezolana y asegurar que las recetas del fracasado Socialismo del siglo XXI no serán aplicadas en Chile y se refirió a la situación imperante en Nicaragua, pues considera el gobierno de Daniel Ortega como “un régimen brutal”.
Son dos entrevistas que el presidente electo concedió hace pocos días. La primera que cito es aquella con la prestigiosa emitente uruguaya “Radio N24” y la cual, honestamente me parece como decimos coloquialmente “no tiene desperdicio”, tanto es así, que el ideólogo de la dictadura venezolana Diosdado Cabello inmediatamente reaccionó tildando a Gabriel Boric como pinochetista. Otra vez el conejo llamando orejón al burro.
Se le olvida a este delincuente de siete suelas, que si hablamos de fascismos podremos ver fácilmente que la oprobiosa política y conducta del gobierno de la banda de Miraflores, liderada entre otros por él, no es sólo fascista, es la simbiosis de varios conceptos criminales.Y no obstante mi inequívoca desaprobación a la dictadura pinochetista, el régimen del general era un principiante en relación a Maduro y su clica.
En este caso las declaraciones inequívocas del presidente electo de Chile nos enseñan que en el concierto de las naciones se continúa, podríamos decir que en forma paulatina y en forma menos dogmática y más amplia conceptualmente a tomar conciencia de la dramática situación que vive la inmensa mayoría de los venezolanos y de la real posibilidad, de que ocurriese un hecho nunca antes sucedido, como pudiera ser la desaparición de un país como nación soberana. Para el pueblo de Venezuela en general y para la democracia en particular, es primordial que se produzcan cambios en el approach en aquellas naciones de la región, como es el caso en las Repúblicas del Perú y de la Argentina, de percibir la magnitud del peligro como lo es el riesgo de sucumbir como naciones soberanas, al permitir a gobernantes irresponsables e ineptos el adoptar políticas inspiradas en ideologías totalitarias en unión con elementos de la criminalidad organizada. Huelga recordar el caso de la Venezuela actual.
Tengo la esperanza que estas consideraciones de Gabriel Boric con respecto a Venezuela y Nicaragua, nos puedan ayudar a iniciar un cambio de paso en la visión e interpretación que muchos gobiernos de la región, algunos por razones políticas y otros por oportunismo comercial, se esconden en el agonizante principio de la no intervención en los asuntos internos de otros países. López Obrador, dixit.
El desastre venezolano hasta ahora ha tenido consecuencias para los países que nos han acogido, digamos así, manejables, ¿ pero que ocurriría ante un desbordamiento de las necesidades de más de 20 millones de seres humanos ? ¿ Y las consecuencias que para muchos países acarrearía especialmente para aquellos del área andina ? Basta citar como ejemplo un elemento creador de inestabilidad: la diáspora, tanto para los países receptores como para los inmigrantes venezolanos.
El mandatario chileno en las entrevistas a las cuales hago referencia, afirmó que bajo su gestión se desea “establecer un principio irreductible de los derechos humanos”, sea cual sea el gobierno de turno. A su juicio, no se puede tener “doble estándar” en un gobierno de izquierda.
Ahora estimados lectores, concluyo esta breve nota haciendo referencia a un tweet que Gabriel Boric le escribiese a Maduro hace exactamente 8 años. En ese tweet del día 13 de marzo del año 2013, le deseaba a Maduro ánimo y expresaba su total acuerdo con los postulados de la Revolución Bolivariana. Evidentemente ni Gabriel Boric ni el mundo conocían la carga de perversidad ni los malvados instintos de ese parapeto llamado Socialismo del siglo XXI. Hoy Gabriel Boric lo ha comprendido.
Raúl Ochoa Cuenca en Anfi del Mar el 6 de febrero del año 2022.