Jindal Steel & Power Ltd. de India toma el control del complejo de mineral de hierro más grande de Venezuela. Es la primera vez en más de una década que una empresa privada se involucra en la industria pesada del país. Jindal planea exportar 600.000 toneladas métricas de materia prima por mes a finales de año
Según el portal Bloomberg, la empresa de siderúrgica india Jindal Steel & Power Ltd. asumió las operaciones del complejo de mineral de hierro más grande del país, CVG Ferrominera Orinoco. Este hito marca la primera vez en más de una década que una empresa privada se involucra en la industria pesada del país sudamericano.
Funcionarios de Jindal se encuentran realizando inspecciones en las plantas de Ferrominera, según fuentes familiarizadas con el proceso. La empresa, controlada por la Corporación Venezolana de Guayana, posee cinco plantas que producen pellets y briquetas de mineral de hierro, materia prima fundamental para la fabricación de acero.
Se estima que Jindal exportará 600.000 toneladas métricas de materia prima por mes a finales de año, con una inversión inicial de 800.000 dólares para mejorar el equipo existente. Los términos del acuerdo no se han hecho públicos, y ni el gobierno venezolano ni Jindal han confirmado oficialmente la operación.
La alianza con Jindal representa un cambio radical en la postura del gobierno venezolano, que anteriormente se había mostrado reacio a la participación privada en la empobrecida y controlada industria minera. A mediados de la década de 2000, el expresidente Hugo Chávez revirtió un proceso de privatización iniciado por gobiernos anteriores, lo que llevó a la salida de empresas como Ternium SA, Holcim AG, Cemex SAB y Crystallex International Corp. Tras 18 años, el presidente Nicolás Maduro parece buscar ahora reestablecer las asociaciones con empresas extranjeras.
Ferrominera posee una capacidad anual instalada de 25.000 toneladas de mineral de hierro y reservas probadas de 4,2 millones de toneladas. Sin embargo, sus plantas han estado funcionando por debajo de su capacidad debido a la falta de inversión y a la crisis eléctrica que azotó al país en 2009. La producción ha experimentado una caída sostenida en los últimos años, pasando de 15,6 millones de toneladas métricas en 2001 a 5,7 millones en 2017, según cifras del Instituto Venezolano del Hierro y el Acero.
El sector metalúrgico venezolano ha sufrido un severo declive debido a las expropiaciones y la subinversión, llegando al punto de estar “prácticamente desaparecido”, según un informe de 2023 de la Asociación de Ingenieros Mineros de Venezuela. Desde el año 2000, el número de empresas privadas en el sector ha disminuido de 1.200 a 70.
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