El NY Post informa que un jefe de bomberos que fue uno de los primeros en ayudar a la princesa Diana tras su fatal accidente en París ha hablado por primera vez de cómo ella se volvió hacia él y le preguntó: «Dios mío, ¿Qué ha pasado?».
El sargento Xavier Gourmelon dijo al Daily Mail que cuando llegó al devastador escenario del accidente en agosto de 1997, Diana todavía «se movía y hablaba».
«Ella hablaba en inglés y decía: ‘Oh, Dios mío, ¿qué ha pasado? Pude entenderlo, así que traté de calmarla. La cogí de la mano», dijo Gourmelon, que prestó declaración a la policía pero nunca antes había hablado con la prensa.
El impacto del choque contra un paso subterráneo -que se calcula que fue a unos 65 km/h- ya había provocado la muerte instantánea del conductor Henri Paul, así como del nuevo novio de Diana, Dodi Fayed.
Sólo después de ayudar a subir a Lady Di a una ambulancia, se enteró de quién era gracias a un capitán que se encontraba en el lugar de los hechos. «Me dice quién es y entonces, sí, la reconozco, pero en el momento no lo hice», dijo al medio.
Lo mismo le ocurrió a la primera persona que trató de ayudarla, el médico fuera de servicio Frederic Mailliez, que se topó con el lugar del accidente mientras conducía a casa después de una fiesta.
Vio que «dos víctimas ya estaban aparentemente muertas» y que otras dos -entre ellas el guardaespaldas de Diana- «estaban gravemente heridas pero aún viva».
Primero ayudó a Diana, que estaba «sentada en el suelo en la parte trasera» del Mercedes.
«Descubrí entonces que era una mujer bellísima y que no tenía ninguna herida [grave] en la cara. No sangraba, pero estaba casi inconsciente y tenía dificultades para respirar», dijo. «Parecía estar bien durante los primeros minutos», recordó.
«Así que empecé a hablarle en inglés, diciéndole que era médico y que la ambulancia estaba en camino y que todo iba a salir bien», dijo.
Se marchó tan pronto como los trabajadores de emergencias se hicieron cargo. «Y así me fui del lugar sin saber a quién había estado atendiendo», dijo al Mail.
Sin embargo, la noticia de que se trataba de Diana fue tan impactante que el capellán de guardia del hospital, el padre Yves-Marie Clochard-Bossuet, colgó repetidamente el teléfono cuando se le pidió que acudiera, asumiendo que se trataba de una broma.
Sin embargo, finalmente se apresuró a acudir, recordando haberla visto después de que la cubrieran con una sábana, tras haber sido declarada muerta.
«La vi por primera vez allí», dijo al Mail.
«Estaba completamente intacta, sin marca ni mancha, ni maquillaje. Completamente natural. Y era una mujer realmente hermosa y parecía que… casi se podía hablar con ella», dijo.
Inmediatamente pensó en sus dos hijos pequeños, los príncipes Harry y William, dijo. «Van a tener que despertarlos y decirles: ‘Se acabó’… Es lo peor», recordó.
NYPost