El Gobierno francés solicitó la suspensión de la circulación de autobuses y tranvías en la noche de este viernes, como medida de precaución ante la ola de protestas que registra Francia desde que el martes muriese un adolescente en la ciudad de Nanterre por el disparo efectuado por un policía durante un control.
El ministro del Inerior, Gerald Darmanin, traslado esta petición en una reunión con representantes de las diferentes prefecturas de la Policía, si bien no ha trascendido detalles sobre la posible duración de esta medida sobre el transporte.
Además, el Gobierno quiere prohibir la venta y transporte de morteros, bidones de gasolina, ácidos y productos inflamables y químicos, susceptibles de ser utilizados durante las manifestaciones.
El Ministerio del Interior, confirmó 875 detenciones en la última jornada de protestas, prevé destinar «medios adicionales» para contener los disturbios, según el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció la anulación de eventos en las zonas en las que pueda ser consideradas «más sensibles». La Policía de Marsella ya anuló las protestas que puedan convocarse este viernes por la noche.
Sin embargo, el presidente no aludió a la posible declaración del estado de emergencia, como lo reclama la oposición conservadora, pese a que la primera ministra, Élisabeth Borne, había planteado horas antes que «todas las hipótesis» están abiertas tras ser interrogadas específicamente sobre esta cuestión.
Macron condenó «con la máxima firmeza» a quienes, a su juicio, quieren «utilizar» el momento para «crear desórdenes y atacar a la instituciones». Así, considera que las dos últimas noches Francia vivió situaciones que son «inaceptables e injustificables».
NAM/EuropaPress
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