México no ha cerrado sus puertas y las calles de las localidades fronterizas están llenas de migrantes, la mayoría venezolanos. Las autoridades atienden a estas personas, quienes deben esperar por un permiso especial para permanecer en el país
«No me queda de otra, porque ya estoy en México, si me dan la oportunidad de quedarme a trabajar, lo haría porque no tengo como regresarme».
Este es el testimonio de una venezolana que forma parte de la ola de miles de migrantes que este lunes insistió en llegar a territorio mexicano, para seguir rumbo a los Estados Unidos. Ellos cruzaron en balsas el río Suchiate, una frontera natural entre México y Guatemala, reseñan agencias de noticias y medios locales.
La situación se produce mientras Estados Unidos ha cerrado el paso a los migrantes venezolanos, con la imposición de restricciones, desde el pasado 12 de octubre.
Entre tanto, México mantiene el paso libre a los extranjero quienes cruzan por puntos informales, en una frontera porosa, sin vigilancia y sin detenciones.
En los márgenes del río Suchiate, en el municipio de Ciudad Hidalgo, se han instalado módulos migratorios donde se revisa de manera aleatoria a quienes ingresan ilegalmente a México a bordo de balsas desde Guatemala.
Al término del registro, mujeres y niños son enviados a instancias del DIF nacional y los hombres a las estaciones migratorias a través de autobuses.
Las caravanas más recientes salieron este fin de semana, una con 800 y la otra con más de mil 200 migrantes, informó el Noticiero Televisa.
La reseñas aseguran que los funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM) de México, poco o nada pueden hacer para detener el flujo migratorio de personas de Venezuela, Colombia, Ecuador, Nicaragua y Centroamérica.
Estas personas confían en que las autoridades del INM les otorguen un permiso para continuar su tránsito por el país.
En Ciudad Hidalgo y Chiapas, los agentes migratorios abordan a los migrantes que van bajando de las balsas y los llevan a las oficinas para ofrecerles un trámite migratorio.
“Tratar de llegar a los Estados Unidos que es hasta el momento nuestro destino final si Dios nos lo permite, nosotros pensábamos que estábamos en los tiempos no esperábamos que Estados Unidos nos iba a atrancar las puertas”, dijo Emmanuel Cordero, migrante de Venezuela.
Fuente: impactovenezuela
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