La ola de frío que sacude Norteamérica en los últimos días está dejando imágenes espectaculares. El temporal de frío extremo y nieve ha congelado las cataratas del Niágara, sepultadas bajo un manto blanco que cubre la fuerza de las cascadas tras varios días bajo cero.
El hielo y los arcoíris han formado toda una impresionante escenografía que ha cautivado a los turistas que sortean las bajas temperaturas para retratar el fenómeno.
Desde atrevidas estalactitas, a eternos lagos donde las placas de hielo ganan terreno a las poderosas aguas, las cataratas del Niágara presentan, además, un impresionante baile de colores. Una imagen todavía más poderosa en cuanto la niebla del agua se congela al instante en su contacto con el frío.
Con todo, el fenómeno no es excepcional: ya en 2019, una tormenta del Ártico congeló las cataratas. Entonces se registraron unas temperaturas que alcanzaron hasta los 40 grados bajo cero.