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jueves, 02 de mayo del 2024
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Cómo Xi Jinping se convertirá en el líder chino con más poder desde Mao

Durante los 10 años que lleva en el poder, Xi Jinping ha afianzado la posición de China como potencia económica y militar mundial pero también ha reforzado el control del Partido Comunista sobre todos los aspectos de la vida en el país

Este 16 de octubre, el Partido Comunista de China (PCCh) inició su 20º Congreso, una de las reuniones más importantes en la historia de la formación.

En ella, se espera que Xi Jinping reciba un tercer mandato de cinco años y se consolide así como probablemente el líder chino más poderoso desde Mao Zedong en la década de 1970.

El PCCh no establece ningún límite de mandato. Pero ningún líder además de Mao, el fundador de la China comunista, ha cumplido con un tercer periodo en el poder.

Su ascenso se produce después de la reforma constitucional de 2018, en la que se abolió el límite de dos mandatos que existía para ejercer la presidencia del país, abriendo así la posibilidad de que Xi, de 69 años de edad, permanezca en el poder por tres mandatos o mas.

Logros de Xi Jinping

Durante los 10 años que lleva en el poder, Xi ha reforzado el control del Partido Comunista sobre todos los aspectos de la vida en el país y ha afianzado la posición de China como potencia económica y militar mundial.

Paradójicamente, cuando llegó al poder en 2012, pocos esperaban que se convirtiera en un líder sin contrapesos internos en el PCCh; de hecho, se pensaba que sería un dirigente reformista y conciliador.

No fue así. En una mirada retrospectiva, muchos expertos atribuyen esos errores de percepción al hecho de que Xi es hijo de un líder histórico del PCCh que era reformista, cuyos pasos se pensaba que iba a seguir, y al hecho de que el actual mandatario fue bastante discreto sobre sus ideas mientras escalaba dentro de la jerarquía del partido.

«Las dos décadas que precedieron a Xi, bajo Jiang Zeming y Hu Jintao, fueron décadas de liderazgo colectivo, de consenso, incluso se podría decir, mínimo común denominador; y ese período generó una tremenda corrupción, de faccionalismo y de mala toma de decisiones. Se esperaba que Xi Jinping siguiera esa tradición», apunta Daniel Russell, quien fue secretario asistente para Asia durante el gobierno de Barack Obama, a la BBC.

«Es irónico que, como actor político, Xi cumpliera religiosa y cuidadosamente el consejo de Deng Xiaoping de ‘esconder la fuerza y aguardar el momento’. Sin embargo, cuando llegó al poder, demostró no ser el reformador que la gente podría haber esperado y ciertamente no demostró el tipo de continuidad que se preveía», agregó.

Consolidando el poder

Al poco tiempo de haber llegado al poder, empezó a ser evidente que Xi se estaba alejando del modelo de liderazgo colectivo que imperaba en China y que se estaba estableciendo como fuente principal de las decisiones del país, señaló Russell.

XI Jinping

«Él pasó por alto y socavó los mecanismos burocráticos tradicionales del Estado, los ministerios del gobierno, etc., y comenzó a crear lo que llamaron grupos de liderazgo. Grupos, con Xi Jinping como presidente, para todos los temas importantes y que de alguna manera reemplazaron el trabajo del gobierno y acumularon la toma de decisiones en manos del partido y, específicamente, en las de Xi Jinping», afirmó.

Xi redujo el número de altos funcionarios en la cima del máximo órgano de toma de decisiones, el Comité Permanente del PCCh (formado únicamente por siete personas), y lanzó una campaña anticorrupción cuyos fines reales iban más allá de castigar esta lacra.

«No fue una campaña por 100 días, como es tradicional en China. Ni de seis meses o acaso un año, para eliminar a los delincuentes más atroces. Era un mecanismo para fortalecer su poder personal de forma sistemática, purgando a sus enemigos y creando una atmósfera de temor en los niveles más altos de la estructura del partido, al mismo tiempo que se ganaba la confianza de la población», apunta el ex secretario asistente para Asia de EE. UU.

Xi Jinping fue capaz de consolidar el poder y, en el plazo de 5 años, cambió el sistema operativo del Partido Comunista de China sin cambiar su estructura.

Control social pero respaldo popular

A través de su política de covid cero, el gobierno de Xi ha logrado incrementar el control del gobierno sobre la vida de los ciudadanos.

Ahora, gracias a que los ciudadanos deben estar constantemente registrando su presencia a través de apps, el Estado puede saber con precisión y en tiempo real qué está haciendo cada persona.

Lucy Hornby, investigadora visitante del Centro Fairbanks de Estudios sobre China de la Universidad de Harvard y veterana ex corrresponsal del Financial Times en China, es crítica de estas medidas adoptadas por el gobierno de Xi durante la pandemia.

«Ganaron algo de tiempo, pero no lo aprovecharon bien. Usaron ese tiempo para crear un Estado de vigilancia, en lugar de usarlo para desarrollar vacunas e inmunidad dentro de su propia sociedad, le dijo Hornby al programa Real Story de la BBC.

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Pero mientras la concentración de poder por parte de Xi es vista con ojos críticos desde Occidente, dentro de la sociedad china las percepciones cambian.

Así, por ejemplo, aunque la lucha contra la corrupción le haya servido a Xi para librarse de adversarios políticos, se trata de una causa que tiene apoyo entre los ciudadanos.

Además hay muchos chinos que consideran importante que exista una sola persona que tenga la última palabra sobre los temas.

«Hay una gran tendencia, especialmente en los Estados de partido único, de querer tener un punto único de toma de decisiones. Y, por supuesto, toda la propaganda del Partido Comunista durante 70 años siempre ha versado sobre tener una estructura de partido monolítica, así que creo que la gente lo acepta porque así son las cosas», agregó.

LAa población considera mayoritariamente que el liderazgo de Xi ha sido favorable para su país.

«China nunca ha estado tan unida como ahora y esto se debe parcialmente al hecho de que durante los últimos 10 años, Xi Jinping ha ejercido un liderazgo fuerte dentro del Partido Comunista de China, entre los militares chinos, así como en el gobierno chino y entre la población», le dijo un analista a la BBC.

«Su lucha contra la corrupción en el PCCh, entre los militares chinos, en el gobierno y en las empresas estatales, realmente ha cambiado la forma de hacer las cosas en China», valoró.

Desafíos

Pero la concentración del poder no significa que desaparezcan los problemas por resolver y Xi enfrenta unos cuantos desafíos tanto internos como externos.

Steve Fang apunta que durante casi un cuarto de siglo después de la caída del bloque comunista en Europa, el PCCh se las ha arreglado para no cometer un error grave que pudiera desestabilizar la política, la sociedad o la economía de China, a pesar de lo cual XI incursionado  una serie de políticas que son muy problemáticas: la guerra comercial con Estados Unidos, la política de covid cero, la reincorporación de Hong Kong, la represión en Xinjiang, el apoyo a Rusia en la guerra contra Ucrania y las medidas contra empresas  importantes en el sector privado (regulaciones impuestas por Pekín sobre sectores como internet, bienes raíces y educación) , en el área más innovadora de la economía china en los sectores de tecnología y de fintech (regulaciones impuestas por Pekín sobre sectores como internet, bienes raíces y educación.

Aseguran analista internacionales que Xi vendió la política de covid cero como una muestra de superioridad del sistema chino, en un momento en el que las sociedades occidentales estaban muy golpeadas por la enfermedad y bajo cuarentenas, mientras que China estuvo más abierta hasta la llegada de la variante ómicron.

«La situación cambió completamente, Xi simplemente no puede admitir haber cometido un error y, por tanto, China se mantiene con la política de covid cero, incluso aunque haya mucha gente en el Partido Comunista que se ha dado cuenta de que esa política está errada y de que es muy impopular en China en este momento», apuntó.

Daniel Russell, por su parte, considera que el tener tanto poder en sus manos puede eventualmente volverse en contra de Xi.

Los riesgos son que cuando estás a cargo de absolutamente todo, tarde o temprano se asume la responsabilidad también de las cosas que salen mal, por lo que cabe preguntarse  si la reelección de Xi Jinping, en el 20º Congreso del Partido, puede resultar el cénit de su poder.

Fuente: quepasa

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