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domingo, 24 de noviembre del 2024
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Capturado alias «Memo Fantasma», hombre clave de Pablo Escobar

Las autoridades colombianas confirmaron en la tarde de este viernes 25 de junio la captura en Bogotá de Guillermo León Acevedo, también conocido con los alias de ‘Memo Fantasma’ o el ‘Paramilitar Invisible’. Se trata de un reconocido exmiembro de las Autodefensas Unidas de Colombia, acusado de coordinar las operaciones de narcotráfico de dicha organización.

Según trascendió, se le captura, junto a otros dos miembros de su círculo familiar y una persona más, y se le acusa de los delitos de enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir agravado y lavado de activos relacionados con operaciones llevadas a cabo en Bogotá, Antioquia y Córdoba.

 Acevedo sólo estuvo vinculado a las AUC entre 1998 y 2006, pero su participación en el mundo del narcotráfico colombiano sería mucho más profundo, encontrando sus raíces hacia el final del Cartel de Medellín de Pablo Escobar, a inicios de los 90, según el reportaje de InSight Crime con el que el periodista Jeremy McDermott lo dejó en evidencia antes los ojos del mundo.

De acuerdo con este, “Memo Fantasma” comenzaría su carrera hacia el año 92, cuando Escobar estaba en la cárcel de La Catedral. Por ese entonces, era un joven de 21 años y estaba radicado en los Estados Unidos, recibiendo cargamentos de cocaína del Cartel de Medellín bajo la dirección de Fabio Ochoa Vasco, quien era uno de los miembros más importantes del Cartel pues controlaba la distribución de la droga en el país norteamericano, que por aquel entonces era de seis u ocho toneladas por mes.

Tras la caída del Cartel, y el nacimiento de la Oficina de Envigado, Ochoa y Acevedo pasarían a la nómina de Diego Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, permitiéndole al recién capturado hacer sus primeros contactos con los carteles mexicanos y aprender del negocio del narcotráfico internacional. Algo que le fue muy útil cuando se vio en poder de un cargamento de cocaína del que no tenía a quien rendir cuentas, debido a la guerra librada en Colombia por los capos del narcotráfico.

Esa misma cadena de hechos, que también pudo iniciar su propia operación entre México y Estados Unidos, y hasta entrar en contacto con aliados clave de ‘Don Berna’: los hermanos Castaño, que posteriormente formarían las AUC, que con el paso de los años comenzaron a ver como su financiación era cada vez más dependiente del negocio del narcotráfico.

Sus inicios con Escobar y el Cartel de Medellín

La historia criminal de ‘Memo Fantasma’ se remonta hasta los años del cartel de Medellín, cuando Pablo Escobar era el amo y señor de la droga en Colombia. Por aquel tiempo, finales de la década de los 80 y principios de los 90, las extravagancias del “Patrón” ya lo habían hecho saltar al ojo de las autoridades, quienes emprendieron un asedio contra él para lograr su captura.

Pablo, quien trató de construir para sí mismo una imagen de millonario filántropo, donando casas y barrios enteros en los lugares más pobres de su ciudad Medellín, atrajo demasiada atención cuando dio salto a la política y logró llegar a la Cámara de Representantes. Allí empezó una pelea pública con el entonces viceministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, y el candidato presidencial Luis Carlos Galán, que resultaría en la muerte de ambas figuras por ordenes del capo y una guerra frontal contra el Estado que mermaría en un primer momento con la entrega de Escobar y su posterior encarcelamiento.

Fue durante la estadía de Escobar en prisión, en una cárcel construida por él mismo llamada La Catedral, que la carrera de ‘Memo Fantasma’ comenzaría. Por ese entonces, 1992, ‘Memo’ era un joven de 21 años y estaba radicado en los Estados Unidos, recibiendo cargamentos de cocaína del Cartel de Medellín bajo la dirección de Fabio Ochoa Vasco, quien era uno de los miembros más importantes del Cartel pues controlaba la distribución de la droga en el país norteamericano, que por aquel entonces era de seis u ocho toneladas por mes.

Ochoa sería una pieza fundamental en la historia del fantasma, pues el sobrevivió el desmantelamiento del cartel de Medellín y pasó a trabajar de la mano de Diego Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, cuando este tomó el control de la Oficina de Envigado, la organización criminal que sucedió al Cartel en el control de hampa en la capital antioqueña.

De la mano de Ochoa, ‘Memo’ se hizo de sus primeros contactos con los carteles mexicanos y aprendió el negocio del narcotráfico internacional. Algo que le fue muy útil cuando se vio en poder de un cargamento de cocaína del que no tenía a quien rendir cuentas, debido a la guerra librada en Colombia por los capos del narcotráfico.

Ese crucial momento coincidió con la guerra de ‘Los Pepes’ contra Pablo Escobar, que inició tras el asesinato de Fernando Galeano -quien le manejaba los negocios a Escobar -en el interior de La Catedral, en una reunión donde también habían sido convocados los hermanos Castaño -que posteriormente formarían las AUC- y otros jefes narcos del Cartel de Medellín para que le rindieran cuentas a ‘El Patrón’.

Fueron los Castaño, en alianza con ‘Don Berna’ -entonces jefe de seguridad de Galeano- y con la financiación del cartel de Cali de los hermanos Rodríguez Orejuela, quienes conformaron ‘Los Pepes’ (Perseguidos Por Pablo Escobar) y en colaboración con el Escuadrón De Búsqueda de la Policía por fin dieron muerte al capo de Medellín en diciembre de 1993.

Peter Vincent, exfuncionario del Departamento de Justicia de Estados Unidos, afirmó on the record para InSight Crime que ‘Memo Fantasma’ “fue socio de Pablo Escobar y del infame cartel de Medellín, y terminó reuniendo una gran cantidad de cocaína de alta calidad que le robó a Escobar y le permitió establecer sus propias operaciones”.

Durante la guerra, ‘Memo’ siguió con la operación en los Estados Unidos, ganando dinero a sus anchas gracias a los contactos que tenía en México y el país anglosajón, empezando así una operación propia.

Una vez muerto Escobar y desmantelado el cartel de Medellín, el negocio de la droga conoció un nuevo capo, ‘Don Berna’, quien tomó el mando de La Oficina de Envigado y la hizo pasar de una sucursal del cartel de Medellín encargada de cobrarle las deudas a Escobar, al epicentro del narcotráfico de la ciudad. La Oficina aún opera en la actualidad y recientemente uno de sus capos invisibles, alias Señor T, logró ser capturado por las autoridades.

Los Castaño por su parte, empezaron a consolidar su proyecto paramilitar antimarxista en las zonas rurales de Antioquia y Córdoba, uno que cada vez más estaría financiado por el narcotráfico y los convertiría en los jefes de la que llegó a ser la mayor empresa de cocaína del mundo, las AUC.

NAD

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