Residentes de sectores del municipio Cabimas, en el Zulia, han reportado que debieron recurrir a la quema de basura por la ausencia de más de cuatro semanas del aseo urbano, lo cual genera la acumulación de desechos en sus casas.
Algunos de las poblaciones afectadas son las que residen en los sectores Tierra Negra, parte de Miraflores, El Golfito, Los Medanos, Ciudad Sucre, 12 de Octubre, Bello Monte, entre otras que han denunciando a través de las redes sociales y de los medios audiovisuales la situación que reina en sus comunidades.
“Llevo casi dos meses esperando el aseo. Todos los años, a finales de abril, el árbol del patio bota todas las hojas y ya no sé ni dónde meterlas”, dijo con molestia la ama de casa Norvis Ordóñez.
Por su parte, la residente de El Golfito, Alexandra González, recriminó que se vio obligada a quemar basura porque en su casa ya nadie soportaba la “hediondés” de los desechos sólidos acumulados a un lado de su terreno.
“Sé que no se debería hacer, tampoco es que quiera exponer a mis hijos o a los vecinos al humo, pero unas semanas más y terminábamos durmiendo entre la basura”, lamentó.
La mayoría de los cabimeros conocen las consecuencias de quemar desechos y respirar el humo, pero no toman en cuenta que esto los hace más susceptibles a contagiarse con coronavirus.
Aunque estos también aseguran que la acumulación de desechos es también peligrosa para la salud, pues los olores que emanan pueden ser tóxicos.
De acuerdo con un artículo de La Nación, la exposición constante a la basura causa enfermedades respiratorias, irritación en la piel u ojos y alergias.
Hasta ahora, el Instituto Municipal de Aseo Urbano de Cabimas (Imauca) no se ha pronunciado sobre las denuncias de los residentes de los sectores afectados, quienes no aprueban que los camiones recolectores pasen por avenidas aledañas y no sigan una ruta de casa por casa como debería ser.
Este es solo uno de los problemas que deben soportar los cabimeros durante la cuarentena, pues la falta de agua por tuberías, desborde de aguas negras y fallas en el sistema eléctrico aquejan día a día sus vidas.
“Estas cosas no se pueden volver normales, uno no tiene por qué vivir en condiciones tan deporables”, recriminó la ama de casa Aexandra González.
por Roselin Acosta