De los viejos cines de nuestro municipio queda poco. Algunas fachadas en la actualidad son testimonio que años atrás en ese lugar existió un cine.
De acuerdo a las crónicas, en Ciudad Ojeda las primeras películas se proyectaron en el edificio de la Prefectura, hasta que se fundó el primer cine de manos de los Hermanos Blanco, el cual fue bautizado como «Cine Ojeda» y se encontraba ubicado en el actual Boulevard Sucre.
Esta sala cinematográfica era una estructura destechada (a cielo abierto) con sillas de hierro plegables que se entregaban en la entrada a quiénes acudían a disfrutar del séptimo arte. En ocasiones en el mismo lugar se montaba un Ring Side y se realizaban peleas aficionadas.
Años más tarde en los alrededores de la Plaza Bolívar se establecería el Cine Nuevo (posteriormente Canaima) y el Cine Teatro «Iris». Algunos jóvenes de la época señalan que como el «Cine Nuevo» era destechado subían a la azotea del Hotel Astoria a disfrutar de la película sin costó alguno.
Estas salas exhibían cintas de diferentes géneros y procedencia para un público de distintas edades y disímiles gustos.
Pero además, en aquellos tiempos los artistas famosos nacionales o extranjeros eran presentados en las salas de cine. Era la manera que el público apreciará de cerca su estrella favorita.
En variados locales de distintas clases y dispersos por los pueblos más importante del Municipio Lagunillas también se proyectaban películas tal es el caso de los Cines «Brisas del Lago» (Campo Grande), «Flamingo» (Centro Comercial de Lagunillas), «El Rosario» (Las Morochas), «El Rivoli» (Las Morochas), entre otros.
Por su parte, los clubes de las empresas petroleras contaban con una pantalla de cine para entretener a sus socios y familiares.
Con el paso de los años la tendencia fue cerrar las salas cinematográficas construidas con grandes pantallas y gran aforo, y en muchos casos convertirlas en locales comerciales, sede de asociaciones religiosas, talleres de reparación, entre otros. Las salas de exhibición de los recordados cines del Municipio se cerraron dejando una historia imborrable en la memoria de los lagunillenses.