El Departamento del Tesoro de Estados Unidos autorizó hasta el 1 de diciembre de 2020 las operaciones de la petrolera estadounidense Chevron en Venezuela, así como las actividades de las compañías de servicios Halliburton, Schlumberger Limited, Baker Hughes -una empresa filial de GE- y Weatherford International, aunque impuso limitaciones adicionales, las cuales van dirigidas a evitar cualquier acción que pueda derivar en apoyo al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
En concreto, la presencia de estas compañías en el país se limitará a las actividades administrativas, pago de impuestos, nómina, contratos, y todas las que permitan proteger los activos en el país.
La lista de restricciones incluyen:
– La perforación, producción o procesamiento de, compra o venta de, o transporte o envío de cualquier petróleo o productos derivados del petróleo de origen venezolano.
– Las operaciones de seguros y reaseguros.
– El diseño, construcción, instalación, reparación o mejora de pozos u otras instalaciones o infraestructura en Venezuela, así como la adquisición o provisión de bienes o servicios, excepto según sea necesario para la seguridad de los activos u operaciones propias en el país.
– Contratación de personal adicional para fines distintos a los autorizados.
– El pago de dividendos, incluso en especie, a Pdvsa o cualquier entidad donde Pdvsa posea directa o indirectamente intereses o una participación de 50% o mayor.
Igualmente, se mantienen las prohibiciones para la importación a Venezuela de diluyentes, así como convenir cualquier préstamo, financiamiento o subsidio a Pdvsa o cualquier entidad donde la petrolera estatal posea una participaci´´on mayoritaria.
La actividad de las empresas estadounidenses estará limitada a mantener operaciones esenciales para garantizar la seguridad de los activos y su personal en Venezuela. Permanecerán en el país, pero no tendrán la capacidad de hacer negocios relacionados con la producción y exportación de crudos.
De acuerdo con una nota de Reuters, «es un duro golpe para Chevron y los partidarios de la compañía dentro del gobierno de Estados Unidos., que favorecieron cierto nivel de presencia estadounidense en la industria petrolera de Venezuela en caso de una transición política».
La actividad de Chevron en Venezuela aporta menos de 1% de la producción global de la compañía y la extracción de la empresa mixta Petropiar había disminuido 58% desde 120.000 barriles diarios en enero a 50.000 b/d en marzo pasado. Con el entorno de precios bajos, que quizás se mantenga por un tiempo relativamente prolongado, la decisión no tendrá gran impacto financiero u operativo para la estadounidense.
No obstante, Chevron ha hecho lobby en diferentes instancias del gobierno estadounidense para mantenerse en el país, debido a que se considera un bastión de Washington en el país que reivindica las mayores reservas de crudo del planeta.
La situación es incierta, porque habrá que esperar la reacción de la administración de Nicolás Maduro ante las restricciones de la actividad de Chevron en el país.
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