La situación política de Venezuela estuvo signada este 2021 por diálogo político y marcadas divisiones en la oposición y, aunque las conversaciones de ese sector con el Gobierno quedaron pausadas, dieron pie a un proceso electoral en el que después de 15 años hubo observación internacional.
Venezuela ha vivido transformaciones en los últimos dos años. Su economía y su política lucen diferentes cuando se comparan con los sucesos registrados entre 2015 y 2019.
En esos años, tras la muerte del expresidente Hugo Chávez (1954-2013) daba la impresión que a cada momento algo terrible podía pasar. La confrontación política a todo nivel se hacía notar en las calles, cada dos o tres meses intensas protestas iban y venían.
El común denominador en ese momento eran calles y negocios cerrados, fuerzas militares y gases lacrimógenos en los puntos más tensos de la ciudad, así como un discurso político agresivo entre ambos bandos.
Si bien el 2019 comenzó convulsionado con la autoproclamación del entonces diputado opositor Juan Guaidó como «presidente interino», con un apagón nacional, amenazas de intervención y un intento de golpe de Estado frustrado, fue el año en el que todo empezó a cambiar drásticamente.
Los seguidores de la oposición mostraron hastío en las calle y sus dirigentes, cada vez más divididos, perdieron poder de convocatoria.
Las protestas desaparecieron y también las kilométricas filas en las puertas de los supermercados, aunque aparecieron otras en las estaciones de servicios.
Acercamientos
La presencia de ayudas internacionales en Venezuela, especialmente la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Cruz Roja, también se hizo notar.
En 2019 hubo un primer intento de diálogo apoyado por Noruega, y desde ese momento los mediadores de esa nación han estado en constantes conversaciones con las partes.
En medio de la pandemia de Covid19, en junio de 2020, el Gobierno y la oposición firmaron un acuerdo de cooperación para la compra de vacunas, medicamentos e insumos para la atención de los pacientes con esa enfermedad, aunque al poco tiempo ambos sectores se acusaron de entorpecer el proceso.
Poco más de un año después, el 13 de agosto de 2021, las delegaciones de ambos bandos volvieron a anunciar al país que estaban dialogando con la mediación de Noruega y que el proceso se desarrollaría en México.
Avances
En los últimos años las negociaciones entre el Gobierno y la oposición han quedado solo en reuniones y pocas veces se han logrado acuerdos.
Sin embargo, esta vez la delegación gubernamental se comprometió a eliminar la figura de «protectorados», una especie de interventores que el oficialismo designó en las jurisdicciones en las que ganó la oposición en 2017.
Además, permitió la incorporación a las elecciones de expertos de la Unión Europea (UE) y el Centro Carter de Estados Unidos en calidad de observadores. Un aspecto importante si se tiene en cuenta de que la participación de la UE no se registraba en la nación caribeña desde hace 15 años.
De forma inédita, también estuvieron presentes en el país representantes de la ONU.
A ello se suma que un sector de la oposición decidió acudir a las elecciones y dejar de lado el llamado al abstencionismo que aplicó desde 2019.
Todos estos acuerdos se mantuvieron pese a la suspensión de las conversaciones en octubre, luego de que el Gobierno de EE. UU. decidió extraditar al diplomático venezolano Alex Saab, quien tenía 491 días detenido en Cabo Verde señalado de lavado de dinero.
El presidente Nicolás Maduro ha dicho que su Gobierno no está listo para volver al diálogo.
No obstante, al cumplir con partes importantes de lo acordado, la oposición y las autoridades venezolanas parecen estar dejando la puerta abierta para volver a dialogar en México.
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VF