Cuando el domingo 13 de junio, se dio el pistoletazo de salida para el arranque de la Copa América, en el estadio Nacional de Brasilia, con partido inaugural entre el anfitrión Brasil y Venezuela; muy pocos imaginaron la irrupción en el panorama internacional del certamen activo de selecciones más antiguo del mundo, de un muchacho oriundo de Barrancas, Colombia, que comenzó a forjar su amor por del «deporte rey» en la Alta Guajira.
Su nombre, Luis Fernando Díaz Marulanda, de 24 años de edad, juega en la posición natural de extremo izquierdo, en la selección colombiana y en el Porto de la Primeira Liga de Portugal.
Este joven de inicios humildes y con raíces ancestrales de la etnia wayúu, comenzó su simple historia, siendo un introvertido, tímido y muy delgado joven, casi a nivel de desnutrición, que hizo gala de sus habilidades innatas con la esférica, pulidas gracias a su padre, instructor en una modesta escuela de balompié, en un caserío ubicado en la península que se divide entre su país y nuestra patria, Venezuela.
Pronto, su nivel ascendente desde las categorías menores, le permitió llegar a una pequeña cancha donde se elegían a los jugadores que representarían al combinado nacional en la Copa Americana de los Pueblos Indígenas, que se iba a celebrar en Chile.
Tan sólo le bastaron al barranqueño unos pocos minutos para demostrar su espléndido trato a la esférica y un par de dribles de suficiente impacto, para que una mítica figura como Carlos » El Pibe» Valderrama, lo calificara como uno de sus grandes estandartes para la competición.
En tierras australes, respondió a la inmensa fe de su ‘Oupayu’ Valderrama; una especie de figura paternal aliada que le brindó solidaridad yana’ma (trabajo en conjunto) al disputar todos los encuentros con la Colombia indígena, anotando dos tantos y portando el brazalete de capitán del onceno.
Luego de sus pasos por Barranquilla F.C y el Junior de la capital del departamento del Atlántico, logró ganarse como todo un heroico jefe de tribu, las gradas del Metropolitano, luego de su actuación ante Cerro Porteño paraguayo con un gol que a la postre, contribuyó al avance del ‘Tiburón’ hacia los cuartos de final de la Copa Sudamericana, además de celebrar cuatro títulos.
Posteriormente al paso por el fútbol cafetero, Díaz traspasó las fronteras y cruzó la inmensidad y los kilómetros oceánicos que separan a América de Europa para integrar parte de los ‘Dragones’ azules de Lisboa, al firmar por 5 temporadas y un costo de 7 millones de €.
En el laureado club del fútbol lusitano, 2 temporadas y 97 partidos después, hasta ahora ha ganado tres trofeos (Una liga, una Taça y una Supercopa de Portugal) convirtiendo 25 goles, surtiendo 13 asistencias de gol, con un promedio de 0,26 goles; sin haber sido un indiscutido en el esquema titular de Sergio Conçeiçao y sin saber simplemente. que un mes después lo mejor estaba por venir…
Agradecido firmemente por un asiduo lector como tú, nos volvemos a ver, pronto para la segunda parte de este artículo.
Continuará…
Por: Manuel Alejandro Mora.
CNP: 17.617