Una semana aciaga para Manchester City y Tottenham, dos de los clubes rebeldes en el moribundo proyecto de la Superliga, se complicó más el miércoles, cuando ambos se vieron en desventaja, en su regreso a la actividad dentro de la Liga Premier inglesa.
Los dos equipos se recuperaron para obtener triunfos vitales que los dejaron de buen ánimo para su siguiente compromiso. Ambos chocarán el domingo en Wembley, en la final de la Copa de la Liga.
El City permitió un gol apenas a los 20 segundos pero terminó superando 2-1 al Aston Villa y estiró a 11 puntos su ventaja en la cima, mientras se acerca a lo que casi seguramente será su tercer título de liga en cuatro años.
Tanto el City como el anfitrión perdieron a un jugador por cartulina roja en el Villa Park. El zaguero del City, John Stones, se llevó la expulsión directa por una falta imprudente y tardía en el primer tiempo.
La ambición de Tottenham, de jugar en una lucrativa Superliga pudo quedar sepultada, pero el equipo sigue peleando por un puesto en las copas europeas la próxima temporada tras una agónica victoria 2-1 ante Southampton.
Son Heung-min transformó un penal a los 90 minutos para dejar a los Spurs apenas dos puntos detrás de Chelsea, el cuarto de la tabla general, en la pugna por los boletos ingleses para la Liga de Campeones.
Ryan Mason debutó con el pie derecho como técnico interino. Reemplaza a José Mourinho, quien fue despedido el lunes con Tottenham en el séptimo escaño de la liga.
AP