«Siempre están las personas que consideran que si eres monaguillo no puedes estar en farándula, y no tiene nada que ver”, aseguró el modelo de 24 años. El joven, próximo a representar a Venezuela en Polonia, afirma que su mayor deseo es ampliar su labor social dentro y fuera de la iglesia. «Soy fiel creyente de que el mejor testimonio que puedes dar es con tu estilo de vida”, expresó
El concurso de belleza masculina Mister Supranational se robó todos los focos de atención en Venezuela con la popularidad de su modelo titulado: Marcos De Freitas, un caraqueño que decidió unir dos mundos totalmente opuestos para ganar la competencia.
El joven de 24 años viene de una familia católica, criado por sus abuelos, y en particular, con la instrucción devota de su abuela, de ascendencia portuguesa y residenciada en la capital venezolana. Con los años estudió en colegios religiosos y se convirtió en monaguillo, o también conocido como servidor y ayudante del sacerdote en la iglesia.
Además de su fe, Marcos empezó a estudiar Comunicación Social y descubrió que no solo tenía el físico para convertirse el modelo, sino también un mensaje diferente qué ofrecer al público. “Vi el concurso como una forma de compartir un estilo de vida que es ajeno a lo que la gente siempre ve en el modelaje y que es difícil de llevar porque siempre están las personas que consideran que no pueden ir de la mano, y te dicen si eres monaguillo no puedes estar en farándula, y no tiene nada que ver”, expuso el religioso en una entrevista radial.
Ejerciendo su servicio en la iglesia, De Freitas decidió darse la oportunidad de entrar a las pasarelas en desfiles de moda. “Empecé en el modelaje yendo a desfiles y me decían que debía ir a un casting de algún concurso por mi altura, recuerdo que cuando llegué al Mister Supranational yo era el menor, pero realmente todo se dio y me motivé”, contó.
En este 2024, en su preparación para la edición de Mister Supranational, donde competirá con representantes de distintos países en Polonia el próximo 4 de julio, Marcos expresó que su intención es poder mantener sus dos pasiones activas.
“Realmente es la oportunidad de demostrar que a veces cosas que se ven distintas pueden estar de la mano y puedes aportar algo al mundo”, expresó Marcos.
Además, su trabajo de voluntariado en la iglesia le ha permitido conectar con la labor social hacia niños y adolescentes, lo que también ha desarrollado durante su participación en el certamen.
“Era un servicio que hacía yo para mí mismo, sentía que lo hacía para Dios y ya, indiferentemente de si lo iba a hacer para la gente, no me importaba eso (…) Pasar de ser monaguillo a ser Mister es para poder dar un mensaje. Soy fiel creyente de que el mejor testimonio que puedes dar es con tu estilo de vida”, aseguró.
Finalmente, el joven caraqueño sigue su camino con enfoque en la competencia internacional de este año. Al mismo tiempo, su actividad en la iglesia se mantiene más ferviente que nunca, donde no solo es querido por la comunidad creyente, sino también por sus 42 mil seguidores que lo acompañan en cada actividad.
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