Las redes sociales, son una excelente herramienta tecnológica que tiene beneficios innumerables, como el acceso a la información, la comunicación inmediata, el empoderamiento de la participación ciudadana siendo una ventana para que los ciudadanos expresen sus ideas sobre un tema en especial. También son útiles para el desarrollo de redes profesionales, permiten crear contenido útil y de interés para educar e informar a la comunidad, ofrecen una amplia variedad de entretenimiento para los usuarios, funcionan como instrumento de trabajo y estudio, entre otras bondades. El buen uso de las redes sociales es favorable para múltiples actividades de la vida cotidiana, aumenta la productividad y la eficiencia de las actividades humanas.
Ahora bien, también existe el lado negativo relacionado con el abuso en el uso de las redes sociales por medio de cualquier dispositivo. Dedicamos más tiempo al teléfono que a nuestro entorno, a tal grado que se han deshumanizado las relaciones interpersonales, esto lo podemos percibir con un ejemplo simple que a muchos les parecerá familiar, en la sala de una casa están todos los miembros de una familia, cada uno mirando el teléfono pero desconectados el uno del otro, aunque están juntos cada quien está sumergido en otro mundo, desaprovechando el tiempo en familia, no hay conversación ni se comparten momentos especiales.
Las redes sociales pueden mostrar imágenes que carecen de veracidad. Por ejemplo, posar para una fotografía en un restaurant lujoso puede trasmitir que esa persona se siente plena, poderosa, realizada y feliz de estar allí, pero la pregunta es ¿Cómo se siente ese individuo realmente en su interior? Una cosa es la apariencia y otra la realidad.
La influencia de los contenidos de las redes sociales en niños y adolescentes, debe ser tema de especial atención en los padres, pues se pueden encontrar con material inadecuado para su edad influyendo negativamente en su comportamiento, alterando sus patrones de sueño, exponiéndolos a la intimidación, a rumores falsos, a concepciones poco realistas sobre la vida de otras personas y a la presión grupal. Los padres debemos supervisar lo que ven nuestros hijos, así como informarles sobre las amenazas a las que pueden verse expuestos.
Por otra parte, las redes sociales muestran una pseudo realidad saturada de filtros, donde la tristeza se disfraza de alegría o donde la carencia afectiva se disimula con una “selfie”. Se muestra una vida perfecta que en realidad no existe y que nos deshumaniza, muchos quieren ocultar sus debilidades y las redes sociales son el nicho perfecto para ganar seguidores y muchos “Me gusta”, buscando aceptación, solapando sus miedos e inseguridades. Una imagen puede mostrar lo externo o lo que se pretende presentar al mundo pero en el fondo hay un sentimiento de tristeza e inconformidad.
La vida no debe depender de un dispositivo, no es el ejemplo que debemos darle a nuestros hijos ni tampoco prestarle más atención a las redes sociales que a nuestra propia existencia.
Utilicemos las bondades de las redes sociales a nuestro favor, pero no nos enredemos en una irrealidad que nos aleja de la verdadera humanidad.