Este lunes, 30 de septiembre, iniciaron las clases en las instituciones educativas públicas, pero hay historias que nos reflejan que detrás de cada niño y adolescente que asistió y asistirá a los preescolares, liceos y colegios, hay un gran esfuerzo, o como dijo Arianna González, «un gran sacrificio».
Arianna vive en el Barrio Palo Negro, parroquia Idelfonso Vásquez, es una madre marabina de 28 años de edad, durante entrevista con el equipo de Foco Informativo narrò todo lo que hizo para poder comprar la lista de útiles escolares y uniformes para su único hijo «fue una odisea y significó muchos sacrificios».
«Quedé desempleada a inicios de este año y desde ese momento supe que la cosa iba a estar más dura, pero con sacrificios pude comprarle la mayoría de las cosas que más va a necesitar, ahorita solo me falta el pantalón» expresó la ama de casa, perteneciente a la etnia wayuu, quién, además se dedica recientemente a la venta de variedad de productos «por encargo».
Los productos van desde ropa hasta accesorios y perfumes de dama, ella explicó que emprender ha sido lo que hasta ahora la ayudó a cubrir muchos de los gastos de su hogar. «No conseguía trabajo, por eso decidí prestar dinero, de esos préstamos que se pagan en varias semanas y bueno, así fue que pude tener el capital, hemos dejado muchas cosas aún lado, pero no tenemos otra opción» dijo.
José Andrés es el nombre del niño de solo seis años de edad, quien empezará a cursar el segundo grado de primaria. Arianna, su madre, relató que la educación del pequeño es una de sus prioridades, porque a pesar de que muchas veces se sentia abatida, sigue creyendo que esa es la ventana más grande para «que el niño tenga un futuro diferente».
Desde el mes de julio empezó a comprar los útiles: «Poco a poco»
«Poco a poco le pude comprar los útiles más básicos, desde julio estoy comprando. Ya tiene que si los creyones, cuadernos, lápices, el bolso, su lonchera, sus cositas que le van a hacer más falta, no logré comprar todo, no me alcanzó, pero por ahora creo que si lo más esencial», expresó con un ápice de tristeza.
Añadió que lo que más le costó comprar fueron los zapatos, ya que trató de adquirirlos de la mejor calidad que pudo. «Me costaron $22, pero sé que le van a durar todo el año, claro cuidándolos, porque si le compro de los más económicos le duran solo mitad del año, a él le gusta correr mucho, pero trato siempre de hablarle y trato de que entienda la situación por la que pasamos».
José Andrés iniciará las clases, quizás con algunas cosas faltantes, pero con todas las ganas de estudiar, según palabras de su mamá, es un niño inteligente que siempre recibe elogios de su maestra.
«Ya él sabe leer bien, también escribe, toma dictado. Yo trato de que siempre cumpla con sus actividades, porque la responsabilidad es muy importante. A los niños hay que hablarles mucho, motivarlos, porque si tú como padre no te interesa, ellos no le van a ver la importancia», aseveró.
Arianna aspira a que su emprendimiento siga adelante para de esa manera, poder seguir costeando la educación de su hijo, con «mucha fortaleza».
Así como ella, muchos padres y representantes se dirigieron a diferentes puntos de comercio de la ciudad con el objetivo de equipar a los estudiantes para el nuevo año escolar 2024-2025, con el «firme objetivo» de darles la oportunidad de continuar sus estudios «quizás no con todo, pero si con lo básico, y sobre todo con las ganas».
Por: Yorgelis Labarca / Foto: Cortesía
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