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sábado, 23 de noviembre del 2024
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ZULIA | «Camino 15 cuadras para llegar al liceo»: Docentes zulianos relatan los sacrificios de su profesión (I)

Las protestas encabezadas por los diferentes gremios educativos parecen no encontrar un buen desenlace. Más de 100 mil profesores han dejado las aulas en los últimos años. Los estudiantes asisten un día sí y otro no, o solo dos días a la semana.

Los 200 bolívares quincenales que Yusleivy Pérez devenga como maestra de primer año en un liceo al oeste de Maracaibo, solamente le alcanzaría para una semana de pasajes. Son 30 bolívares que la educadora gastaría a diario para poder ir y venir al lugar que por más de 10 años ha sido su espacio de trabajo.

Por pura vocación y corazón asiste la profesional de la educación a la institución para atender a un grupo, de los más de 179 jóvenes que divididos en ocho secciones hacen vida en el recinto educativo.

El inclemente sol, las calles en mal estado y la poca presencia policial en la zona, son otros de los problemas que además no le permiten mantener la paz durante su travesía.

Ella, como los otros ocho profesores que también enseñan en la institución, no escapa de la crisis económica que golpea al sector educativo; sin embargo, pese a las constantes dificultades que atraviesa cada día, sigue cumpliendo con su labor de enseñar, acción que considera como “todo un reto”.

El bajo salario que percibe como docente le impide cubrir el costo del transporte público durante la semana, por  lo que tomó la decisión de ir caminando todos los días a la escuela con el propósito de utilizar el dinero para cosas de mayor importancia.

Por lo general camino aproximadamente unas 15 cuadras para llegar a mi trabajo. Es un recorrido muy largo en el que fácilmente me puedo demorar unos 30 a 40 minutos según el ritmo. A veces voy rápido, otras veces camino despacio y así. No tomó transporte porque gastaría 30 bolívares diarios, que a la semana serían 150, más de la mitad de mi sueldo”, explicó.

 Aunado a su larga caminata, Yusleivy también tiene que lidiar con la falta de la electricidad desde hace varios años. Tras su llegada a la institución, ocho salones oscuros le dan la bienvenida. La falta de electricidad, como consecuencia del hurto del cableado eléctrico, ha dejado una parte del lugar completamente inhabilitado, situación que la obliga a turnarse con otros profesores para dar clases en las aulas donde entra una mayor claridad de luz.

Sin embargo, la presencia de calor es tan sofocante en ocasiones, que algunas veces tiene que salir con sus alumnos y sentarse debajo de un árbol para continuar con su lección.

Carencia de materiales para trabajar

No solamente es la luz sino la falta de insumos, los profesores han tenido que compartir marcadores de pizarra acrílica y en el peor de los casos hasta los han tenido que rellenar con tinta de una impresora para poder dar sus clases. El uso de materiales reciclable se ha convertido en una de las herramientas utilizadas con frecuencia por la docente para solventar la falta de equipos necesarios al momento de llevar a cabo el proceso de enseñanza.

Muchas veces trabajamos con material reciclable para solucionar algunas carencias. A veces tenemos que prestarnos un marcador de un profesor a otro porque resulta que a uno se le acabó la tinta y no puede seguir trabajando, entonces se trata de utilizar diferentes estrategias para solventar esas situaciones», explicó Pérez.

Y agregó: «A veces no tenemos ni siquiera un marcador para poder completar el tejido temático dentro de un pizarrón. Porque tenemos ocho secciones, donde el profesor debe dar a cada sección la misma clase, y tiene que escribir ocho veces la misma clase y todo eso se va aunando una cosa con la otra. Es por eso que hoy en día es difícil ejercer la educación. Es con mucho amor, es con dedicación, por devoción que todavía estamos allí dando la cara por estos jóvenes”.

En busca del sustento

María Urdaneta, profesora de otra institución pero de la etapa inicial y ubicada en el sector Gallo Verde, comparte la misma preocupación de Yusleivy. Su inquietud está centrada en los bajos salarios que reciben los educadores del sector público, así como la falta de espacios educativos en óptimas condiciones para dictar clases.

«Los docentes no tenemos dolientes, con un sueldo de 200 quincenales, se puede decir que trabajamos por vocación porque el beneficio no lo vemos por ninguna parte», dijo.

Con una matrícula de tan solo 16 estudiantes a su cargo, la docente cumple con cada una de sus labores en el instituto para luego dedicarle tiempo a su segundo empleo como comerciante, una actividad que realiza para obtener algún beneficio extra que le permita satisfacer sus necesidades básicas, debido a que el sueldo que percibe es insuficiente.

Tengo que hacer otras labores con el comercio, al igual que algunas compañeras que también se dedican a otras actividades, hay quienes por ejemplo, realizan labores domésticas para tan siquiera comprar los implementos básicos y la comida necesaria», explicó.

Por otra parte, Yusleivy. afirmó que algunos de sus compañeros de trabajo también se dedican a la actividad informal como una vía de escape que les genera mejores ingresos en comparación a lo que ganan como docentes, aunque mencionó que en su caso no cuenta con otro empleo, porque cuenta con el aporte de su esposo e hijos, quienes suelen ayudar con el resto de los gastos en el hogar.

Gracias a Dios no me ha tocado pasar por esa situación, pero tengo compañeros que venden golosinas, hacen tortas. Esa es una realidad muy presente hoy en día para los educadores, más de un maestro tiene dos trabajo para subsistir», detalló Pérez.

Educación en crisis

Las protestas encabezadas por los diferentes gremios educativos en busca de mejores reivindicaciones salariales, parecen no encontrar un buen desenlace. Los bajos ingresos y la implementación del denominado horario mosaico han disminuido considerablemente la calidad en educativa.

La presidenta de la Federación Venezolana de Maestros, Carmen Márquez, señaló que los docentes han tenido un año “accidentado”, porque hay escuelas donde los estudiantes asisten un día sí y otro no, o solo dos días a la semana.

De acuerdo con la funcionaria, debido a la crisis que atraviesa el sector educativo, en los últimos años más de 100 mil profesores han dejado las aulas, situación que contribuye a una baja calidad en sistema educativo.

Sin embargo, pese al panorama oscuro que atraviesa la educación venezolana, docentes como Yusleivy. Pérez y María Urdaneta son un claro ejemplo de dedicación y constancia, que sin importar, las adversidades siguen ejerciendo sus labores con la esperanza de lograr un cambio que les permita algún obtener esa recompensa, luego de varios años sin recibir ningún beneficio.

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