El problema del agua se ha vuelto un imposible de resolver, pese a los anuncios y a los visibles trabajos que ejecuta Hidrolago, la realidad es que en la práctica el servicio sigue siendo calamitoso para la colectividad y en Cabimas, la situación es más grave y los vecinos han tenido que buscar alternativas extremas para paliar la escasez.
Como si fueran topos, los habitantes de los sectores más afectados por la merma en el servicio, se han dado a la tarea de cavar en los patios de sus casas y construir pozos de agua artesanales que les permita sopesar la crisis.
Sectores como El Golfito, El Amparo, La Montañita, La Oriental, entre otros son los que más han padecido los rigores por la falta de agua, pues, entre 15 días y un mes tardan en enviar el agua y cuando la envían lo hacen en la madrugada y por espacio de no más de una hora.
La señora Irena Castro, habitante del sector La Rosa señaló que “De los 40 años que tengo aquí, hace ya 10 años que el agua dejó e llegar por la tubería. Eso más nunca. Aquí no se sabe qué ocurre que a unos vecinos les llega el agua y a otros no. Estas tuberías deben estar tapadas”.
Tomas ilegales
El señor Jesús Perozo, vecino del sector La Rosa, agregó que se han visto obligados a pegarse de manera ilegal de otras tomas de agua “pero, tenemos que irlas limpiando, porque, llega un momento en el cual, ya no nos llega agua y si me llega a mí, a la vecina no le llega”.
La otra calamidad es el tener que comprar agua a camiones cisterna, que, de acuerdo con los vecinos aprovechan la escasez e incrementan los precios: “pero, además, a veces pagar es un problema, porque no te quieren aceptar bolívares, sino puros dólares y en efectivo, ni siquiera aceptan un pagomóvil o una transferencia vía Zelle”.
Los pozos, ¿Qué más queda?
En el sector 19 de julio, el señor Rubén Becerra se vio obligado a mandar a hacer un pozo en el fondo de su casa, lo que llaman ‘ojo de agua’ del cual se abastece la familia a falta del vital líquido y de recursos para estar comprando a cisternas.
“Lo mandé a construir de 15 metros de profundidad con sus tomas y con un compresorcito para que me pueda llegar algo de agua y poder abastecernos, al menos para los baños, el aseo del hogar y el de nosotros mismos, esto es terrible”.
Un vecino que pidió mantenerse en el anonimato explicó que “los pozos son ilegales, pero, no nos dan otra opción; se construyen a base de unas tuberías muy largas y se perfora el suelo introduciendo las tuberías hasta que emane agua de la profundidad. La calidad del agua varía de acuerdo con el tipo de suelo y el lugar donde esté ubicado”.
El vecino detalló que “en algunos casos el agua que llega es salobre, lo cual la hace no apta para el consumo, pero, esa sirve para el aseo del hogar, lavar los baños, regar las plantas, en fin”.
Son varias las casas que están ejecutando esta práctica, donde están consumiendo un agua que no es tratada, lo cual podría significar un problema de salud pública, pero, al no haber respuesta del ente prestatario del servicio, los habitantes tienen que ingeniárselas.
“Pagar 10 a 15 dólares para llenar un taque que puede durarte cinco días no es negocio, eso es lo que están cobrando los cisternas”.
Cabimas clama a la hidrológica que establezca un plan de acción que permita a los vecinos disfrutar de un mejor servicio con mayor frecuencia y con un agua de mejor calidad.
NAM/Adriana Gutiérrez/Pasante/Cabimas
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