Aún abrumado por el repentino y cobarde asesinato de su hermano menor, Wilson Castilla atendió a Versión Final en las afueras de la funeraria San Tarcisio, en la C-2, donde se realizaba el velatorio, y ofreció detalles de lo ocurrido
Tenían dos años de diferencia, pero se trataban como gemelos. Luis Castilla (25) y su hermano Wilson (27), eran inseparables. Prestaron servicio militar en 2016, se fueron a Colombia en 2017, regresaron a Venezuela en 2019, y hace poco compraron una “granjita”.
Pero no les alcanzó el tiempo. La mañana del sábado 18 de febrero, un matón a sueldo lo hirió de un tiro en el abdomen, mientras atendía como carnicero a su clientela en “Tu Finca Express”, y falleció unas 15 horas después en el hospital.
Aún abrumado por el repentino y cobarde asesinato de su hermano menor, Wilson Castilla atendió a Versión Final en las afueras de la funeraria San Tarcisio, en la C-2, donde se realizaba el velatorio.
«Él estaba en el mostrador y fue el primero en recibir los disparos. Tenía dos daños en la carnicería, empezó como ayudante de limpieza, pero como nuestro padrastro es el jefe de carniceros, le enseñó el oficio «, reveló.
El joven explicó que su padrastro, Francisco Castilla, estaba trabajando en el local ese fatídico sábado. «Cuando pasó eso él estaba en la sierra, pero con la bulla no supo qué pasaba. Él sintió los tiros y pensó que eran cohetes, luego Luis se le acerca, se le desploma en los brazos y es cuando entiende todo».
Wilson admitió que su hermano y padrastro sabían de las extorsiones hacía los dueños de «Tu Finca Express», pero como «ya había pasado mucho tiempo del primer intento de extorsión, los jefes dijeron que todo se había controlado, hasta quitaron un escolta que tenían en el local».
Sin respuestas
Hasta ahora ninguna autoridad civil, policial ni militar ha contactado a los Castilla para ofrecerle información oficial sobre las investigaciones. Anoche, irónicamente una caravana del Cicpc, conformada por unos 50 funcionarios y 15 camionetas, se detuvo frente a la funeraria, pero nadie entró a conversar con los dolientes.
Necesitamos que se haga justicia, no quiero que la muerte de mi hermano quede así, necesitamos saber si se están haciendo los debidos procesos para que paguen quienes hicieron este atentado y le arrebataron la vida a mi hermano», exigió Wilson Castilla.
El joven también pidió a los cuerpos de seguridad que «se haga presión para que cesen los casos de robos y extorsión en todos lados, pareciera inevitable ante tanta corrupción, es difícil pensar en que se va a solucionar, pero por lo menos que el caso de mi hermano quede resuelto».
Agregó que «nadie nos devolverá su vida, pero los responsables deben pagar lo que le hicieron. Lo que necesito es que se haga justicia».
Sobre Luis Enrique precisó que «era muy alegre, echador de broma, con todos se jugaba. Le gustaba mucho el fútbol, el béisbol. Nunca tuvo problemas con alguien, ni peleas, evitaba eso».
El joven carnicero dejó en la orfandad a un pequeño de apenas 7 años, de nombre Luis Ángel; a quien procreó con su esposa Stephany. Juntos vivían en su amoroso hogar, en las inmediaciones de la Circunvalación Tres.
Al mediodía de este lunes de Carnaval sus familiares esperaban la llegada de su hermano mayor, de 30 años, quien vive en Bucaramanga, Colombia, para darle cristiana sepultura en el cementerio San Francisco de Asís, en la vía a Perijá.
Fuente: versionfinal
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