Hecho poco conocido que se produjo en territorio de lo que hoy es el municipio San Francisco, donde hoy está la urbanización con el mismo nombre.
Entre diciembre de 1870 y febrero de 1874 Venancio Pulgar gobernó el Zulia, aliado a Guzmán Blanco. Después de varios intentos, cuando se le despojó el Zuli Editar Editar fecha y horaa la posibilidad de cobrar impuestos y se centralizó el manejo de las aduanas, Venancio Pulgar derrota en 1871 el caudillo andino Juan Bautista Araujo y contra el jefe rebelde Matías Salazar.
La gestión que llevó a cabo Pulgar en la ocasión que detentó el poder en el Zulia, se caracterizó por ser sumamente contradictoria, a pesar que le dio un impulso importante a la educación, a las obras públicas y beneficencias, también hizo uso de la fuerza y la intimidación para imponer su voluntad, tal como sucedió en La Villa del Rosario de Perijá en 1863. Durante el septenio de Guzmán blanco (1870-1877), fue necesario que el gobierno tratara de apaciguar al Zulia. Los perijaneros estaban armados contra el gobierno, enfrentados a Venancio Pulgar y antes al centralismo. Pulgar que ejercía el gobierno arremetió contra La Villa del Rosario, pueblo que estaba alzado en armas. Esto obligó a que sus habitantes se retiraran y comenzaran a fundar un nuevo pueblo, la actual Machiques de Perijá. Venancio en desagravio cambió el nombre del municipio Perijá a distrito Guzmán Blanco.
El combate de El Soler:
Después de estos acontecimientos, ya en enero de 1874, Guzmán envía al Zulia un comisionado de gobierno, el general Jacinto Gutiérrez con la misión de pacificar al estado, porque los enemigos de Venancio seguían alzados. Los pulgarcistas eran conocidos como los meleros o los de Venancio, y sus contrarios eran los llamados Los Peludos o los del gobierno. En 1874 el peludo general José Desiderio Trías avanzó hacia los Puertos de Altagracia al saber que Venancio se dirigía al sitio y se fortificó, lo derrotó y ocupó Los Puertos de Altagracia. Se entrevistó con el general Gutiérrez en el sitio, se decía que lo estaba alentando porque no congeniaba con Pulgar y no intervino. Pulgar se regresó a Maracaibo y después de la entrevista del General Trias y Gutiérrez; Trias se trasladó a lo que se conocía como Las Sabanas de Maracaibo, lo que hoy es San Francisco, La Cañada de Urdaneta y Jesús Enrique Lozada, donde se reunió y se unió con los perijaneros.
Pulgar envió una columna con orden de atacarlos, los peludos se atrincheraron en el hato “El Soler” que tendría grandes cerca de curarire, ahí resistieron las embestidas que comandaba Ambrosio Pérez, los peludos le produjeron grandes pérdidas a esas tropas pulgarcistas e iniciaron desde ahí la marcha sobre el Centro de Maracaibo.
Enfrentados ya en San Juan de Dios, se formó una lucha feroz casa por casa hasta la calle Páez donde fue más fuerte la resistencia. El general Gutiérrez aprovechó e intervino para que Pulgar entregue el mando y a pesar de su resistencia lo presiona y lo embarca hasta la Guaira, así concluye la llamada batalla del hato “El Soler”, y se dice que entre cujíes y dividivis, quedaron cientos de balas durante muchos años, producto de aquel encuentro. Hay varias anécdotas de ese combate, ahí intervino el Padre Zuleta, quien era pulgarcista, peleó en El Soler cerca del Carmelo, en un momento del combate se trasladó a Maracaibo y ahí salió herido en el brazo y luego detenido. El padre Zuleta fue enviado al castillo de San Carlos por varios años, una vez liberado se dedicó por completo a su ministerio sacerdotal en el pueblo de San Francisco, donde sirvió por 14 años, en febrero de 1874 se presenta una situación particular en Cristo de Aranza Sur o San Francisco, las fuerzas vivas reclamaban que debido a los combates y situaciones políticas posteriores, los maestros se vieron afectados, ya que, a partir de los combates no se le cancelaron los sueldos, desde noviembre de 1873 hasta abril de 1874, por lo enviaron un documento haciendo formalmente el reclamo.
Todos nuestros pueblos se fueron construyendo en el tiempo, productor de varios procesos que se dieron antes de llegar a donde estamos. Es necesario saber de dónde venimos para labrar el futuro. Por eso plasmamos estos pequeños actos de nuestro territorio que enaltecen nuestro gentilicio.
Abog. Juan Montiel
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