Cansados del tráfago, la rutina, las situaciones complejas del trabajo o los estudios; agotados de resistir los embates de los apagones diarios, la falta de agua, el alto costo de la vida, e incluso, ávidos de un espacio con el cual conectar con la naturaleza, los maracaiberos ya han hecho tradición visitar el Jardín Botánico de Maracaibo al menos una vez al año y es cuando sus ‘Palos de Arco’ o ´Curarire’ comienzan su proceso de floración, momento que ocurre durante las primeras semanas del inicio del primer ciclo lluvioso, por lo general en el mes de abril.
La singular belleza, majestuosidad y principalmente el atractivo que sus flores de un amarillo intenso pueden ser apreciadas por quienes visitan el espacio, genera una sinergia muy especial que conecta esa visual con el alma de las personas y las transporta a un remanso de paz único.
El fenómeno natural ocurre una vez al año exactamente al cuarto día después del inicio del ciclo lluvioso y tiene un lapso de duración de 4 días; antes del primero de mayo. Las copas de los árboles cambian para vestirse de amarillo, una sola vez al año y por cuatro días, convirtiéndose en un momento para recrear la vista, para despejar la mente, para distraerse y apreciar la naturaleza en toda su manifestación.
Se espera más lluvias para que ocurra ese ciclo anual que dura 4 días. Que puede ser en cualquier instante antes que llegue el mes de mayo.
Para que ocurra el cambio hacia el amarillo en la copa de los árboles, es imprescindible que llueva por lo menos 20 milímetros por metro cuadrado, para que de esa forma las flores inicien su ciclo de abrir, de acuerdo con los estudios realizados por los botánicos.
El entonces presidente del Jardín Botánico, David Morales, explicó el pasado año que “no hay fecha exacta para la floración de los curarires, puede que sea en abril, en cualquier momento, la naturaleza nos regalo en un año dos floraciones en mayo y junio, eso ocurrió porque llovió cada mes”.
Los califico como un evento natural espectacular, disfrutan niños, jóvenes y adultos. “Lo disfrute siendo niño y ahora en el Jardín Botánico”.
La naturaleza es sabia, tiene sus secretos, en el caso de esta especie arbórea espera las lluvias para florecer y de allí reproducirse, para esparcirse, se nutren de la tierra mojada, de la humedad.
¿Qué lo hace tan especial?
Maracaibo es una ciudad de un clima bastante caluroso, sitios agrestes y paisajes áridos, pero este manto amarillo tan espectacular, proporciona, sin duda, una alternativa digna de presenciar, porque solo se da en una sola época del año y el paisaje que forman miles de curarires floreciendo es ensoñador.
Aquí aprovechan científicos, biólogos, pintores, músicos, conservacionistas, botánicos, familias enteras, colegios, instituciones, parejas y público en general para crear momentos significativos con la postal maravillosa que ofrecen los curarires al momento de su floración.
El jardín Botánico de Maracaibo los cuida y los conserva como un tesoro para que los ciudadanos puedan tener el privilegio de vivirlo cada año.
La floración ha venido siendo difundida desde que inició el pasado día miércoles 24 de abril, NAM lo recorrió el viernes 26 y preparamos este material para que te deleites. Si está a tu alcance, aún puedes visitar este sábado el Jardín Botánico. Sería este sábado el último día del ciclo de floración.
NAM/Ernesto Ríos Blanco/Fotos y Video: Paola Ramírez/Cortesía
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