En el corazón de la capital zuliana, la preparación de el plato insignia de la navidad venezolana, la hallaca, se ha transformado en algo más que una costumbre culinaria. Para las familias marabinas, mantener esta tradición viva es lo más importante en el plato navideño.
En un recorrido realizado por el emblemático Mercado Las Pulgas, se pudo constatar el dinamismo económico de la temporada y cómo los ciudadanos intentan «estirar» sus presupuestos ante la fluctuación de precios de los insumos básicos.
Para iniciar el proceso, el primer elemento indispensable son las hojas de hallaca, las cuales se comercializan actualmente en desde 2.50 dólares. A partir de allí, el presupuesto se diversifica entre vegetales, aliños y proteínas, mostrando una economía que convive entre el dólar y el bolívar.
En el área de las hortalizas, el ají dulce y la cebolla se mantienen en dos dólares el kilogramo, mientras que otros productos se tasan en moneda nacional, como el pimentón en 350 Bs., las papas y tomates en 250 Bs. el kilo, y las ramas detalladas o aliños verdes en 100 Bs.
Los ingredientes secundarios, pero esenciales para el sabor tradicional, representan un peso significativo en el presupuesto debido a sus costos elevados. Las pasitas se ubican actualmente en desde 5.60 dólares por kilo, mientras que las aceitunas alcanzan los 6 dólares por kilo. Estos insumos secos, junto con las proteínas, constituyen la inversión más fuerte para la elaboración del plato navideño.
Finalmente, el compromiso económico más exigente recae en la compra de la carne en mercados como Las Pulgas. El kilo de puerco tiene un costo base de 6 dolares, mientras que el lomo para hallacas se cotiza en desde 8 dólares por kilo. Dependiendo del corte seleccionado, el precio puede incrementar incluso más, llegando el lomo aguja a costar hasta 10 dólares por kilo.
UNIÓN FAMILIAR POR ENCIMA DE LAS CIFRAS
A pesar de la escalada de precios, el mercado refleja una afluencia constante de compradores que buscan alternativas para no dejar morir la tradición. Los comerciantes señalan que, aunque las familias compran cantidades más reducidas que en años anteriores, el deseo de reunirse en torno a la mesa sigue vigente.
Para el marabino, cada hallaca amarrada este diciembre simboliza una «pequeña victoria» frente a las dificultades. La preparación del plato sigue siendo el principal motor de unión familiar, preservando la esencia de la navidad en el Zulia por encima de cualquier obstáculo financiero.
NAM/Pasantes: Nicole Canales y Ginet González
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