La tromba marina que tocó con mucha fuerza, la Cañada de Urdaneta, también causo daños a su paso por el municipio Baralt, específicamente en la zona de San Timoteo, Ceuta y Tomoporo, donde los fuertes vientos volaron los techos, puertas y ventanas de esta comunidad palafítica situada en la Costa Oriental del Lago.
Así lo informo el legislador por la COL, Justo Bermúdez, quien en recorrido por la zona, junto a representantes de la Alcaldía de Baralt y del ejecutivo regional, constato la situación de afectación en la cual unas 40 familias perdieron parte de sus viviendas y de sus enseres. Igualmente se cayeron los puentes de madera que son las vías de comunicación interna entre los habitantes de las comunidades de agua. En Cabimas gracias a los trabajos de los colectores no hubo reporte de daños .
“Por instrucciones del gobernador Manuel Rosales, hemos visitado estas zonas y conversado con las familias afectadas, ya que son áreas que por su misma condición de ser comunidades asentadas en agua sufrieron los embates de este fenómeno climatológico, el cual tocó con mucha fuerza, causando destrozos, incomunicación, perdidas de enseres y estructuras de viviendas, pero sin vidas humanas humanas que lamentar, gracias al pronto desalojo de quienes se encontraban dentro de los hogares”. Indicó Bermúdez.
Se ha levantado un informe cuantificando los danos y el gobierno regional ha desplegado equipos de apoyo, Protección Civil , se ha hecho presente en todo momento, los bomberos, topógrafos, ingenieros especialistas en estos sistemas constructivos también han hecho su trabajo y ahora se espera que al igual que en el municipio Cañada de Urdaneta, también se hagan presentes autoridades del gobierno regional en cuanto a la atención de los llamados que han hecho par reparar sus hogares.
El legislador por la Costa Oriental del Lago, Justo Bermúdez, agrego que esta tormenta acompañada de fuertes vientos y un oleaje bravío, obliga a reforzar la seguridad en áreas de alta vulnerabilidad como las comunidades que habitan en estos conocidos pueblos de agua, cuyas estructuras de base ya venían presentando un alto deterioro, por lo que la inesperada actividad pluviométrica cargada de ráfagas de vientos muy fuertes, terminó por colapsar muchos de los cimientos, los cuales deben ser atendidos prontamente para evitar males mayores en próximos incursiones meteorológicas como las vividas a inicios de esta semana.
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