La península de La Guajira, situada en el extremo norte de Venezuela y Colombia, es hogar de una de las culturas indígenas más interesantes y resilientes de Sudamérica: los wayúu. Conocidos por su fuerte sentido de identidad y su estructura social basada en clanes, estos nativos han logrado preservar sus costumbres y tradiciones a lo largo de los siglos. A pesar de los desafíos que enfrentan, su sistema de clanes sigue siendo el pilar fundamental de su comunidad.
En la cultura wayúu, un clan, o eiruuku en su lengua originaria, es una estructura social matrilineal. Esto significa que la herencia y la pertenencia al clan se transmiten a través de la madre. Cada clan tiene su tótem —generalmente un animal o un fenómeno natural—, así como su propio territorio y símbolos, lo que refuerza la identidad y la cohesión del grupo.
Andreina González, perteneciente al clan Epiayú, explica: «El clan o la casta es lo que los alijunas llaman «apellido». Ustedes obtienen el apellido por parte de su padre, mientras que los Wayúu lo heredamos de nuestra madre. Por esta razón, los hijos forman parte del clan materno y no del paterno».
Cada clan tiene su propio territorio con áreas específicas para vivir y trabajar. «Los Wayúu pueden tener distintos apellidos, pero la casta es lo que identifica en qué parte habitan y de qué generación son. Nuestra cultura es matriarcal; para nosotros, la casta simboliza la carne», señala González.
Los clanes wayúu son, en esencia, la columna vertebral de su sociedad, garantizando la cohesión, preservando la cultura y asegurando la supervivencia de la comunidad en un entorno desafiante.
Rosell Oberto/Pasante
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