Rostro oculto en pasamontaña, conducta plenamente refractaria, cual si fueran los dueños de la Troncal y cual si ésta quedara en el ‘salvaje oeste’ un grupo específico de yukpas siguen ejerciendo las prácticas ilegítimas y delictuales, no solo de instalar peajes improvisados para ‘atracar’ a conductores, sino que amedrentan, atacan, golpean y lanzan enormes troncos de árboles, piedras y cuanta cosa tengan en las manos a los conductores ocasionando daños a las personas que tienen la obligación de transitar por esa vía hacia el Sur del Lago o hacia la propia subregión Perijá.
Esta es una práctica añeja y ya es tan ‘normal’ como los apagones en el Zulia: ¿Es que no hay gobierno en este estado y en este país? que siguen permitiendo que este salvajismo siga siendo el pan de cada día para conductores particulares, camioneros y transportistas. No se está generalizando, no son todos los aborígenes, pero, sí es una realidad que existe y es palpable y no puede ser ocultada, está a la vista.
Un conductor de un camión de víveres, a quién llamaremos Juan Chirinos, nombre ficticio para proteger su verdadera identidad, viene denunciándolo desde hace más de dos años. Pero, los indígenas siguen montando alcabalas ilegales en la carretera Machiques-Colón, sin que nada ni nadie se los impida.
«Son violentos. Si no te detienes te lanzan piedras. El camión me lo tienen todo abollado, porque, yo no les voy a dar ni medio y mucho menos me voy a prestar a que me quiten el poco gasoil que tanto me cuesta conseguir para que ellos contrabandeen con eso».
El molesto conductor explicó que «no son alcabalas improvisadas y ya, eso está planificado. Ellos saben cuándo y cómo ponerse y saben que son ‘intocables’ pero la paciencia de la gente está ya a punto de limite, yo lo que le pido al Gobierno, el que sea, que tome cartas antes que aquí corra sangre; aquí han hecho hasta tiros al aire, porque la gente se siente indefensa de estos ataques, para los cuales usan hasta a menores».
Las imágenes compartidas por el periodista Jhorman Cruz son más que elocuentes y evidentes. La población se siente indefensa y desprotegida, porque, cada vez más el nivel de violencia de los indígenas es más desproporcionado.
La pesadilla para quienes son perjudicados continúa y exigen que este problema sea solucionado de una vez por todas.
Esta información la ofreció el periodista de la localidad John Chacón y fue replicada por el también comunicador Jhorman Cruz, quien muestra el hecho en un video a través de las redes sociales. Las historias que cuentan los Machiquenses y los Rosarenses para los pelos.
NAM/Redacción/Con información de John Chacón y Jhorman Cruz
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