Proclamada patrona de artilleros y abogada de los moribundos, esta mártir es un ejemplo para la fe de los católicos que sufren persecuciones por sus creencias en muchos países del mundo
Tan conocida su imagen por devotos e incrédulos, la denominada “Santa Bárbara bendita”, forma parte de los catorce auxiliadores principales de la Iglesia católica en tiempos de pestes o catástrofes desde el año 1568, cuando el papa San Pío V inscribió su culto en el libro de los Mártires.
Según narra la tradición, no se tiene exactitud en su año de nacimiento, entre el 273 d.C o a principios del siglo tercero de nuestra era; lo que se conoce es que la santa nació en el antiguo imperio romano de Nicomedia, cerca del Mar Mármara, actual Turquía. Su padre, que se llamaba Dióscoro, era gobernante de la provincia y practicante de la idolatría pagana.
Creciendo en una torre alta en un ambiente aislado del mundo exterior por su peculiar belleza; Bárbara fue educada en la religión paterna, mientras que él se ocupaba de sus labores de gobierno, evitando su contacto con pretendientes, así como con los cristianos de su época que ganaban seguidores frecuentemente.
Sin embargo, en medio de los constantes viajes de Dióscoro, la hija fue instruida eventualmente por un predicador que le enseñó la doctrina de Jesús, haciéndola cuestionarse, para finalmente recibir el bautismo en secreto. Seguidamente, Bárbara mandó colocar una ventana más a las dos que tenía su torre en honor de la Santísima Trinidad, consagrando su virginidad a Dios.
Un martirio ejemplar
Al cuestionarla tiempo después su progenitor, Bárbara le manifestó que era cristiana y que prefería morir antes que renunciar a la fe en Jesucristo, su esposo, esto hizo enfadar a Dióscoro, quien la castigó, haciéndola azotar desnuda por las calles de Nicomedia, extirpándole las mamas y quemándole los labios, pero esto no la hizo cambiar de ideas.
Finalmente, al recibir la pena de muerte por decapitación, el mismo padre prefirió ejecutarla, fue entonces que Santa Bárbara profetizó que, quienes se encomendaran a su intercesión, no morirían sin recibir los últimos sacramentos y que ella misma se haría presente en esa hora para confortarlos en el camino a la vida eterna. Era el año 306 d.C.
El gobernante Dióscoro, al ir bajando del monte donde la asesinó, fue fulminado por un rayo, la creencia popular afirma que fue como castigo celestial por el homicidio consumado. Por esta razón fue proclamada protectora en tiempos de tempestades, así como patrona de los artilleros.
Fiestas en su honor
El templo a Santa Bárbara del casco central, invita a toda la feligresía a unirse en la celebración por su día este domingo 4 de diciembre, con eucaristías a las 9:00 a. m., 12:00 p. m. y 5:00 p. m., luego de esta última se espera inicie la tradicional procesión con la imagen de la venerada mártir por los alrededores. Durante el día se dispondrá la recepción de ofrendas y pago de promesas por su intercesión.
Fuente: versionfinal
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