La industria petrolera se inició en Venezuela principalmente en zonas agrestes, escasamente pobladas y sin vías de comunicación. En estas circunstancias, las empresas se vieron obligadas a construir campamentos para alojar a los numerosos obreros, operarios y técnicos empleados en labores de exploración y producción.
Al consolidarse la industria, gracias al descubrimiento de yacimientos con posibilidades comerciales, esos campamentos se hicieron permanentes, ampliándose algunos y construyéndose otros nuevos.
Debido a la escasez de recursos locales, lo alejado de centros poblados y el difícil acceso a los sitios de trabajo, los campamentos se construyeron siempre muy cercanos a los centros de producción. En la elección del sitio privaron consideraciones de orden económico y práctico acordes con las necesidades del momento, sin ninguna planificación regional. Por ello muchas veces su ubicación no fue la más conveniente para el desarrollo de poblaciones estables.
En la construcción de los campamentos hubo que hacerlo todo, desde vías de penetración y obras de saneamiento, hasta viviendas con sus obras de urbanismo como: calles, cloacas y drenajes, acueductos, estaciones de bombeo, plantas eléctricas, entre otros.
Para satisfacer los requerimientos de la vida diaria de los trabajadores y familiares, las empresas también incorporaron en sus campamentos obras de carácter social como tiendas, clubes, campos deportivos comedores, lavanderías, entre otros. Estos servicios se fueron expandiendo para dar cumplimiento a disposiciones oficiales, para satisfacer demandas de los trabajadores incorporadas en las cláusulas de contratos colectivos de trabajo y también por propia voluntad de las empresas. De esta manera, los campamentos se transformaron en pequeñas comunidades aisladas, donde todos los servicios eran suplidos por las compañías a costos subsidiados o a ningún costo.
Resulta difícil imaginar hoy día las condiciones iniciales en que se establecieron esos campamentos, pero es conveniente recordar que sin ellos no hubiese sido posible la producción de petróleo en gran escala, ya que las empresas, para atraer personal calificado, se vieron en la necesidad de ofrecer condiciones de vida comparables a las que disfrutaba ese personal en sus lugares de origen. En este sentido, se puede decir que los campamentos gozaron de servicios que para la época eran desconocidos en muchas de las ciudades más pobladas del país.
Cronista del Municipio Lagunillas