Desde que se inició su poblamiento, nuestra ciudad ha contado con rincones populares, sitios donde coincidían los ciudadanos, y en esos lugares, se guarda el gentilicio de los pueblos, uno de esos lugares era la tienda de Basilio.
Las crónicas señalan que el primer negocio de víveres de nuestra Ciudad fue establecido por Basilio Tenias, un hombre de baja estatura de procedencia neoespartana. En este lugar confluían los moradores del poblado para proveerse de alimentos, para tertuliar y tomar algunas bebidas en el anexo con rocola que tenía aquel lugar. A la salida de sus trabajos, los obreros petroleros hacían una parada en la despensa para refrescarse, bien con una gaseosa o una espumosa cerveza.
Platanos, cotizas mojaneras, peloticas de goma, refrescos, golosinas, e hilos se encontraban en el local provisto de repletos estantes. Por su parte, Eloisa su esposa, con su saber milenario, se encargaba de santiguar a los niños que padecían mal de ojo.
En sus inicios la tienda se encontraba ubicada en la Calle San Mateo, pero con el pasar de los años Basilio decidió fijar su residencia en la Calle Campo Elías hasta donde trasladaría su negocio.
Sin duda alguna, la tienda de Basilio sirvió para suplir de los alimentos diarios y ser punto de encuentro de los habitantes del joven poblado
Cronista del Municipio Lagunillas
Poquiitas, paledonia con oll coloni,,, desoye en las tardes, ya sabéis las cervecitas… Que recuerdo