En la frontera norte de México no solo hay mexicanos, hondureños o salvadoreños buscando la manera de cruzar a Estados Unidos. Cada vez crece más la cifra de venezolanos que emprenden un largo viaje para solicitar asilo en ese país.
Huyendo de la crisis venezolana y del gobierno de Nicolás Maduro, aspiran a cruzar hacia Brownsville, punto fronterizo en Texas. A pesar de que el gobierno de Estados Unidos sigue tratando de contener la migración legal e ilegal al endurecer las leyes de asilo.
«Esto no era usual. Por acá no pasaban venezolanos. Ahora están llegando cada día más y son personas de clase media o media baja. Tienen cierto grado de instrucción y muchos tienen familia en Estados Unidos», dijo a Infobae Gladis Cañas, coordinadora de la asociación civil mexicana Ayudándolos a triunfar, capítulo Tamaulipas.
«Huyen de Venezuela pues consideran que el gobierno de Maduro los persigue. Hacen viajes larguísimos y asumen que pueden llegar a Norteamérica aun cuando el venezolano no tiene una condición especial migratoria. Tienen que hacer los mismos procedimientos y esperar las citas que asigne migración de Estados Unidos», agregó.
El diario argentino describe que las calles de la ciudad de Matamoros están repletas de carpas. Estos son refugios improvisados que arman los migrantes.
«Hay gente buena en los dos lados de la frontera. Abogados americanos nos asesoran en nuestros casos de asilo y no nos cobran ni un dólar. Hemos hecho amigos en México que regalan comida y algo de ropa. Vengo de Caracas y quiero pasar a Estados Unidos junto con mi esposa y mi hijo«, explicó Edgar Arias, migrante venezolano.
Arias relató que trabajó hasta julio en un hospital público. Ahí lo maltrataban por no ser chavista. Lo obligaban a marchar a favor del régimen y a ser miliciano.
«Todo esto por un pago de 2 dólares al mes. Así no se puede vivir. Con la ayuda de familiares que viven en Estados Unidos compré tres pasajes. El de mi hijo de 5 años, el de mi esposa y el mío. Salimos de Caracas el 25 de agosto. Estoy endeudado con mi gente. Les debo miles de dólares«, relató.
Persecución
Alexis Gómez, proveniente de Maracaibo, indicó a Infobae que es perseguido político. Es militante de Primero Justicia.
«En Maracaibo me perseguían y hostigaban, no podía trabajar. En Colombia, Perú y Ecuador no les dan empleo a los venezolanos, no nos quieren. Por eso decidí emigrar a Estados Unidos, un país de oportunidades», afirmó.
Sandro Rincón, también zuliano, señaló que viajó por tierra hasta Maicao, en Colombia, con su esposa.
Denunció que, como trabajaba para el régimen, lo hostigaban pidiéndole que se incorporara a la milicia y las marchas. Pero se negó.
«Aun cuando no tengo visa americana, decidí venir al norte porque si me quedaba en Maracaibo o me iba a Colombia, los chavistas me iban a perseguir, temo por mi vida y la de mi familia», dijo.