Una operación internacional, denominada Liberterra, liderada por la Interpol, logró desmantelar dos redes de tráfico de migrantes, entre ellos varios venezolanos, en varias regiones de Colombia, con el arresto de 22 personas.
El operativo también se llevó a cabo en otros 46 países y tuvo lugar entre el 5 y 9 de julio, días en los que se produjeron alrededor de 500.000 inspecciones en aduanas y aeropuertos así como en puntos de riesgo identificados por los servicios de inteligencia e investigación.
La operación permitió además rescatar a 430 personas víctimas del tráfico de personas e identificar a 4.000 migrantes en situación irregular originarios de 74 países. Muchos de ellos presentaban necesidades de asistencia médica, psicológica o domicilio y fueron asistidos por los servicios de protección.
Entre las víctimas había menores y niñas que habían sufrido explotación sexual, especialmente en Líbano y Venezuela.
La Operación Liberterra permitió también desmantelar una organización criminal en España que traficaba con migrantes procedentes de Argelia; una falsa agencia de viajes en Ecuador, donde hubo ocho arrestos, y un grupo de traficantes marítimos en Argelia.
Algunos fugitivos procedentes de Brasil, Colombia, Panamá y Curazao estaban siendo buscados además en asuntos de tráfico de drogas, violaciones, robos y blanqueo de dinero.
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