Luis Contreras, miembro del cuerpo de Bomberos Marinos del INEA (Instituto Nacional de Espacios Acuáticos), quien se dedica a distribuir suero antiofídico -necesario para tratar las mordeduras- en algunas regiones del país, coincide con que entre junio y septiembre la incidencia de accidentes con serpientes incrementa.
Con las últimas fuertes precipitaciones ocurridas en el municipio Cabimas, se reportaron la presencia de serpientes en varios sectores de la ciudad, donde el Cuerpo de Bomberos atendió el llamado de la colectividad.
A través de sus redes sociales el Cuerpo de Bomberos de Cabimas dio a conocer sobre la captura de serpientes como fue el caso del sector Punta Gorda, sector Barrio obrero en la parroquia Ambrosio y en el sector La Churuguara de la parroquia Carmen Herrera.
Los efectivos bomberiles se trasladaron hasta el sitio de la denuncia y con las técnicas adecuadas capturaron serpiente Pitón, que proliferan por las lluvias.
Hildebrando Arangú, profesor del área socioambiental en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA) aseguró que hay tres factores que contribuyen al aumento de la incidencia de mordeduras de serpientes en el país: la temporada de lluvias, la presencia de bosques semideciduos y el deterioro en los servicios de recolección de basura.
“Las serpientes son animales poiquilotermos, a diferencia de nosotros los humanos, no tienen mecanismos de regulación de la temperatura, por lo tanto el sol las mata rápido. Cuando viene la temporada de lluvias eso les favorece y se vuelven mucho más activas; salen a reproducirse y a buscar alimento”, aseguró. Esto, explica Arangú, favorece los encuentros de las serpientes con los humanos.
Sobre las áreas con bosques semideciduos, Arangú explica que se trata de bosques que pierden las hojas cuando viene el periodo de sequía. “Entonces cuando ocurre este tránsito entre la sequía y la lluvia, en el que la vegetación pierde sus hojas, las culebras se mueven a áreas habitadas por humanos para no estar expuestas al sol”, indicó.
Asimismo, indicó que hay zonas del país que están tan solas que los animales están saliendo a explorar nuevos territorios, y se topan con humanos en los patios y porches de sus casas.
Como tercer elemento Arangú detalló que el deterioro de los servicios de recolección de basura influye en la presencia de serpientes. “El aumento de basura atrae a las ratas y a las serpientes les gusta comer a los roedores”, dijo.
SUERO ANTIOFÍDICO
Luis Contreras, miembro del cuerpo de Bomberos Marinos del INEA (Instituto Nacional de Espacios Acuáticos), quien se dedica a distribuir suero antiofídico -necesario para tratar las mordeduras- en algunas regiones del país, coincide con que entre junio y septiembre la incidencia de accidentes con serpientes incrementa.
Contreras explica que históricamente los estados con el mayor registro suelen ser Barinas, Zulia, Miranda, Táchira, Monagas y Bolívar. Sin embargo, tanto Arangú como Contreras coincidieron en que no hay estadísticas oficiales recientes que permitan determinar cuántas mordeduras se registran al año, ni la mortalidad.
La escasez del antídoto, explicó, no es solo en Venezuela. “Es un problema en el ámbito mundial, porque la industria farmacéutica no está haciendo suero antiofídico, debido a que no es rentable, es muy costoso para la producción. Eso se hace a través de la inmunización de caballos purasangre y mantener ese animal es muy costoso, muchos son donados por los hipódromos”.
Arangú y Contreras coincidieron en que en el marco de la pandemia generada por el coronavirus conseguir el suero antiofídico para tratar a los pacientes se ha vuelto una tarea cuesta arriba. A eso le suman el problema de movilidad que genera la escasez de gasolina en el país.
Según expertos, sería fundamental que los sueros antiofídicos se encontrasen al menos en los estados Barinas (2.100 mordeduras/año) y Zulia, (1.700 mordeduras/año).
Recientemente se notificaron 2 muertes en el estado Zulia. Solo durante la cuarentena debida a la COVID-19 se registraron 45 casos en Zulia y más de 70 entre el Occidente y los Andes venezolanos.
En la actualidad, solo el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV) produce un tipo de suero antiofídico, y no cuenta con presupuesto suficiente para mantener la producción y distribución. Hay tres proyectos para la creación de suero antiofídico, sin embargo todos están detenidos por falta de presupuesto (uno en la Universidad de Oriente para hacer suero coral, otro comenzó en 2006 en el Parque Tecnológico de la Universidad del Zulia y un tercero en la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes).
Por Miriam Zambrano