La falta de suero antiofídico sigue cobrando vidas en el estado. En lo que va de año, tres personas han fallecido esperando el antídoto necesario para tratar mordeduras de serpientes venenosas.
El caso más reciente ocurrió el domingo 16 de febrero, cuando Leanyer Montilla, un joven de 25 años, murió tras ser mordido por una serpiente «rabo amarillo» en la parroquia General Urdaneta del municipio Baralt. Según el Mayor Luis Contreras, el incidente ocurrió el pasado miércoles 12 de febrero, alrededor de las 10 de la noche, cuando Montilla salía de su casa.
Sus familiares lo trasladaron a un centro de salud de la zona, donde no contaban con el suero, por lo que optaron por llevarlo a una clínica privada, donde le suministraron cinco ampollas del antídoto. Al día siguiente, fue remitido al Hospital Chiquinquirá de Maracaibo, pero sus parientes decidieron llevárselo a casa sin completar la observación médica.
En su vivienda, un curandero le aplicó un tratamiento con orine de venado, lo que, según informes médicos, eliminó el suero en su organismo y complicó su estado de salud. Tras ser trasladado a varios hospitales sin conseguir el tratamiento adecuado, Montilla falleció en la madrugada del domingo.
Este caso pone nuevamente en evidencia la grave escasez de suero antiofídico en el país y la necesidad de reforzar la educación médica en comunidades vulnerables para evitar tratamientos no certificados que ponen en riesgo la vida de los pacientes.
Con información de Noticia al Dia
