Aunque parezca insólito, la matanza ocurrida ayer domingo en el retén de Cabimas se produjo por el control de la estación de servicio, ubicada justo al lado de ese recinto.
Una fuente le reveló a NAD que presuntamente presos alojados en el pabellón “B” ejercían alguna autoridad a la hora de suministrar combustible en la estación de servició Táchira, ubicada a la entrada de la población de Cabimas.
Bajo amenazas de muerte disponían de cierta cantidad del hidrocarburo para ofrecerlo en venta. Al parecer un grupo de detenidos del pabellón “C” quiso entrar en el “negocio” y atacaron a los líderes negativos del “B”, generando una masacre.
Un total de siete reos del “B” fueron asesinados a tiros y golpes, entre estos quien fungía como “Pram”. Otros 10 presos de los dos pabellones en pugna habrían sido heridos.
Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana tuvieron que actuar y penetraron el recinto de arrestos desde la tarde del domingo, pues cinco reclusos había escapado en medio de la balacera. Efectivos del Conas habría recapturado a cuatro de estos, en tanto que un quinto fue abatido.
Hasta ahora sólo las muertes producidas por tuberculosis en ese centro de reclusión superan la cantidad de víctimas producidas por enfrentamientos entre presos.