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miércoles, 02 de abril del 2025
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Crónica : La Santa de Cabimas, Carmen Felicia González de Rondón

Neuquén (Dimas J. Medina) Hace más de 15 años un asombroso acontecimiento registrado en Cabimas, movilizó a la iglesia venezolana hacia aquella zuliana población.

Ocurrió en el viejo cementerio municipal, ubicado en el sector Los Laureles, donde al
desenterrarse el cuerpo de una anciana que llevaba 27 años sepultada, fue encontrada intacta.

Se trata del cuerpo de Carmen Felicia González de Rondón, a quien toda Cabimas la bautizó como su santa, una vez que se produjo aquel asombroso acontecimiento.

Abuela del ex gobernador del estado Barinas, el recientemente fallecido ingeniero zuliano Pastor Salazar Rondón, el cuerpo incorrupto de la señora Carmen Felicia González de Rondón llamó la atención de la iglesia venezolana, que al designar de manera inmediata una comisión para investigar el caso, recibió igualmente lineamientos del Vaticano.

Para entonces, el propio ex mandatario barinés, nacido hace 77 años en la zuliana población de Tía Juana, recordó que aquel asombroso caso ocurrió el 19 de julio de 2007, cuando sus familiares acordaron sacar de aquel viejo cementerio, el cadáver de su abuela para sepultarla en el nuevo camposanto privado de la población de Punta Gorda.

Cuando desenterraron a la señora González de Rondón, su pelo, sus cejas, las uñas pintadas de color plateado, su piel, la margarita que le pusieron en sus manos, estaban intactos, es decir, no estaban marchitas.

+La Santa de Cabimas

La abuela del ingeniero Pastor Salazar Rondón, nacida el 8 de febrero de 1900 en el Valle del Espíritu Santo en la capital de Nueva Esparta, murió de un paro respiratorio a la edad de los 80 años, el 6 de noviembre de 1980.

A decir de sus familiares, la señora Carmen Felicia González de Rondón fue una persona con un gran corazón. Tuvo cuatro hijos: Clovis Rondón, Carmen de Raven, Nerva de Nuñez y Ligia de Salazar (la mamá de Pastor Salazar Rondón).

Desde pequeña, los padres de Carmen Felicia González de Rondón (Hipólito Casiano y Zoila Rosa), le enseñaron el camino de Dios.

Todos los domingos, la abuela de Pastor Salazar Rondón iba a misa y cuando no lo hacía se sentaba frente a un altar con santos que tenía y, allí con la imagen de su patrona, la Virgen del Valle y el padre Antonio María Claret, hacia su respectivo rosario.

Su hija, Nerva Rondón de Nuñez, recordó que dado que su padre tenía un carácter fuerte, no le gustaba que su madre saliera sola y en la madrugada, allá en Margarita, donde escondida, agarraba un paquete de comida y se lo llevaba a su mamá Zoila.

«Mi madre era tan bondadosa que sentaba a los seis hijos que tuvo papá fuera del matrimonio, en la misma mesa a comer con nosotros»,

Beatriz Núñez de Freites, nieta de Carmen Felicia González de Rondón, también recordó que la vida de su abuela pudiera pensarse que fue la de una mujer mártir, ya que siguió a su abuelo, como juró frente al altar cuando se casó, hacia todos los lados.

Los hijos de Carmen Felicia recordaron que su padre trabaja para la Creole cuando vivían en Margarita.

«Luego lo enviaron por 6 años para Aruba, hacia donde nos fuimos todos, porque mi papá se había llevado a mi hermano Clovis a trabajar allá porque llevaba muy mala vida», recordó Beatriz Núñez de Freites.

La señora Carmen Felicia González de Rondón acompañó a su marido y a todos sus hijos a Aruba. Estuvieron varios días en un barco comiendo papas sancochadas.

De Aruba, la familia Rondón González fue enviada a trabajar al estado Zulia, donde finalmente se quedó viviendo por muchos años en Campo Rojo en Lagunillas, para después mudarse a La Concordia en Cabimas.

+Diligencias de la iglesia

Cuando la señora Carmen Felicia González de Rondón fue desenterrada del viejo cementerio municipal de Cabimas, aquel sorpresivo acto llamó la atención no sólo de la colectividad zuliana y posteriormente de la opinión pública nacional e internacional, sino que desde entonces ha sido tema de discusión científico y religioso.

Los sacerdotes que conocieron del caso dijeron que para la iglesia católica, los cuerpos incorruptos son signo de santidad.

Dada la connotación que a nivel nacional e internacional tuvo el caso, la Diócesis de Cabimas designó una comisión compuesta por tres sacerdotes para estudiar el caso.

Por esa razón, el entonces obispo de la Diócesis de Cabimas, William Delgado, manifestó que lo sucedido fue impresionante y sumamente extraordinario, por lo que no se podía pasar por alto este caso.

Explicó que la comisión designada por la iglesia para estudiar aquel acontecimiento, comenzó a evaluar el caso, buscando hasta el último detalle de su estado incorrupto.

Señaló que la comisión designada para estudiar el caso, estaba conformada por los presbíteros Jorge Pérez Tobila, vicario pastoral; Jorge Pérez Duno, canciller de la curia y monseñor Francisco Gil, vicario.

Aquella comisión envió un expediente con el caso a la Sagrada Congregación de los Ritos en Roma (encargados de los casos de santidad), para que fueran ellos los que determinaran las pautas a seguir de ahora en adelante.

“Ya el Nuncio Apostólico tiene conocimiento del caso. La iglesia católica en dos mil años ha tenido la experiencia de cuerpos incorruptos en varias partes del mundo y tenemos que abrir una investigación para conocer a fondo las razones (naturales o divinas) por las cuales el cuerpo permanece intacto… de cualquier modo sigue siendo una bendición para esta familia y un detalle, un signo… ” mencionó para entonces el obispo William Delgado aunque dejó claro – para los especuladores – que no se debe asegurar que ello sea un signo de santidad, porque eso hay primero que determinarlo.

Tras aquella diligencias, la familia de la señora Carmen Felicia González de Rondón acordó desestimar la investigación que llevaba a cabo la iglesia, con la excusa de que sepultándola de nuevo en su última morada, descansaría en paz.

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