La expansión de la presión internacional contra el gobierno de Nicolás Maduro es cada vez mayor y alcanza a las estructuras internas de la cúpula de poder del gobierno venezolano, el cual todavía mantiene un férreo control sobre los monopolios empresariales y militares del país en un contexto de fuerte control territorial y político.
Es por ello que, aunque la iniciativa de la reactivación del TIAR y el inicio de las discusiones en su Órgano de Consultas en la sede la OEA, están por retomarse las gestiones diplomáticas de un proceso que, si bien es tardío, podría generar un nuevo foco o mecanismo de presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro más allá de la estrategia de sanciones financieras del gobierno de Estados Unidos.
Y es que los países miembros del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) evaluarán la próxima semana en Bogotá, Colombia, una serie de medidas para restringir los viajes de líderes y altos funcionarios del gobierno venezolano por el continente americano, indicó este miércoles el enviado especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, representante del Departamento de Estado.
En esa reunión se abordarán varias medidas de carácter diplomático que incluso podrían extenderse a restricciones en el tráfico aéreo en los respectivos espacios soberanos aéreos de los Estados miembros del TIAR, en el que se encuentran los vecinos geográficos de Venezuela: Colombia, Brasil, Ecuador, Perú, Argentina y Chile.
Asimismo, no se descarta que a partir de esa acción el gobierno de EEUU evalúe la aplicación de una nueva ronda de sanciones financieras individuales a altos funcionarios del gobierno de Maduro para restringir sus patrimonios, limitar su margen de maniobra financiera, o en su defecto, aplicar sanciones de Estado contra las finanzas de la administración del líder chavista.